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El señor Máis

La Razón
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Ahora el presidente Máis (como soy gallega traduzco su apellido) se ríe de los niños coruñeses y sevillanos y dice que no se les entiende cuando hablan en español. Eso se llama complejo de inferioridad porque no sabe defenderse del penoso destino al que somete a los niños catalanes. No a los suyos, precisamente, que asisten a un colegio de ricos donde aprenden en inglés, alemán o chino –que es el idioma del futuro–, y no en catalán que sirve francamente para poco, con todo el respeto que me merece una lengua. Es lamentable que los estudiantes catalanes lean El Quijote en catalán, cuando lo hermoso es poder leer a Cervantes en español, a Shakespeare en inglés, a Flaubert en francés o a Goethe en alemán. Y a todas éstas, Rubalcaba alentando a la inmersión lingüística, siguiendo la estela de desmembración de España que deja Zapatero, a quien jamás le perdonaremos el destrozo que nos ha dejado de país, las alas que ha dado a los nacionalistas ansiosos de separatismo, cuando lo que la gran mayoría quiere es que este puzzle de regiones tan dispar continúe unido y fuerte.
Cuando me cruce con Máis le diré que soy gallega, coruñesa para más detalle. Le hablaré de cerca para ver si es cierto que no me entiende porque, para mayor inri, soy cruce de familia gallega pura por parte materna con familia andaluza pura por parte paterna, con lo cual, según la teoría de Máis, no se me debe de entender ni pizca. Mal asunto: llevo veintitantos años trabajando en radio y televisión, he ejercido la docencia y doy conferencias (en español o en inglés, por cierto), y nunca nadie se me ha quejado. Tampoco mis amigos, ni mi familia, a pesar, ya digo, de ser medio coruñesa y medio sevillana. ¿Qué le pasará a este señor Máis? ¿Cuál es su complejo?