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Sabotaje de los más pequeños por Miguel Ángel Rodríguez

La Razón
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Las dificultades por las que pasa la UE no hacen más que poner de manifiesto que los países con mejores condiciones financieras, los llamados países acreedores, no tienen la más mínima intención de ceder parte de su bienestar en pro de la unión monetaria, a la que todos se unieron en momentos mejores y de los que se han beneficiando en la prolongada época de bonanza que precedió a su creación.

Los errores de fabricación de la unión monetaria no han aparecido hasta que no se ha visto obligada a transitar por terrenos inhóspitos. La maquinaria puede ser reparada con relativa facilidad, pero siempre y cuando todos los que se embarcaron en este viaje manifiesten su intención de seguir juntos y no, como estamos viendo en estos días, se quieran bajar en marcha porque ya no les satisface la compañía.

El viernes pasado, los mercados respondían de manera muy positiva a los acuerdos de la cumbre de líderes europeos, en la que España e Italia lograban a duras penas que Alemania aceptara que se utilicen los fondos de estabilidad para rescatar directamente a los bancos europeos con problemas. En cualquier caso, lo que el inversor sigue percibiendo es una oposición por parte de los acreedores a avanzar en el camino de la unión bancaria y fiscal, y por esta razón los progresos en el estrechamiento de las primas de riesgo y en la cotización de la moneda única son tan escasos. Cualquier acuerdo en este sentido tiene que ser literalmente peleado hasta el último momento, y por lo que trasciende de las reuniones, se consiguen en negociaciones repletas de amenazas y presiones.

Tras cada avance aparecen casi de manera inmediata trabas y reticencias de un lugar o de otro. Finlandia y Holanda han declarado que se opondrán a que los fondos de rescate sean usados para comprar en el mercado secundario. No está tan claro que puedan bloquear algo tan necesario, pero, en mi opinión, esto es lo de menos. Estoy convencido de que al final se podrán utilizar los fondos en caso de necesidad. Lo preocupante es la carencia absoluta de intención política de conseguir una verdadera zona euro. Aunque, como ocurre ahora, las trabas provengan de dos países insignificantes. Todo podría estar resuelto ya si no fuera por estos sabotajes que aparecen casi de manera continua. En cualquier caso, creo que algo ha cambiado en Europa y de manera irreversible.

 

Miguel Ángel Rodríguez
Analista de XTB