España

El arte de competir

La Razón
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MADRID- España y Portugal demostraron que no hacen falta muchas ocasiones ni muchos goles para jugar un buen partido de fútbol. El equipo luso encontró la fórmula para inquietar al campeón del mundo, apoyado en una fuerte presión que impedía a los centrocampistas de «La Roja» tener la pelota a su antojo. El partido se jugó a un ritmo totalmente diferente al de duelos anteriores porque España no estuvo del todo cómoda. No jugó con la pausa que acostumbra porque no pudo, pero el equipo de Del Bosque volvió a demostrar que es un animal competitivo. Pese a ser sometido durante muchos instantes, nunca le perdió la cara al partido y tampoco sufrió ninguna avalancha. A pesar de que físicamente anda algo cansado y era inferior a su rival, la prórroga fue suya. Sólo en el tiempo extra la Selección fue lo que había sido durante el resto de la competición, pero le faltó algo de fuerza en los últimos metros. La entrada de Navas y Pedro por los costados y el esfuerzo acumulado de los portugueses permitió a España manejar el balón en los instantes finales. Decidió la suerte de los penaltis y Cesc, como en los cuartos de 2008, volvió a marcar el que clasificó a España.

 

LOS ENTRENADORES
Paulo Bento y Portugal dieron la cara
Portugal es un equipo con aptitudes para el contragolpe por la velocidad de sus hombres de ataque, pero contra España no se encerró atrás esperando a que sonara la flauta. Salió con un ritmo alto y a buscar a la campeona de Europa y del Mundo muy arriba, para evitar que circulara el balón como en duelos anteriores y no cansarse de correr detrás de él. Lo consiguieron. España estuvo incómoda y durante mucho tiempo lejos del área de Rui Patricio. En la prórroga se hundió y la suerte de los penaltis le dio la espalda.
Del Bosque dio la alternativa a Negredo
El día menos esperado, Del Bosque hizo un pequeño retoque de hombres en su once inicial. Ni Torres ni Fàbregas: en ataque jugó Negredo, que apenas había tenido unos minutos en el campeonato. La idea era fijar a los centrales portugueses, pero al equipo español le costó tener la pelota más que en otros partidos y en la segunda mitad regresó al dibujo del «9» mentiroso. Salió Cesc, mal en el partido y decisivo en los penaltis. España también presionó mucho. Fue un duelo de mucho desgaste, muy competido.

LA CLAVE
Ganar al cansancio

España ha llegado muy desgastada a la Eurocopa, pero llegó a la prórroga más fuerte que su rival. La ilusión por seguir ganando y por jugar otra final pudo con el agotamiento. El equipo todavía tiene hambre y lo demostró. También ayudaron los cambios de Del Bosque, que dieron a la Selección la opción de resolver en el tiempo añadido, pero no lo hicieron por falta de acierto. Los penaltis son una lotería y España volvió a tener la fortuna a su favor, como en los cuartos de la Eurocopa de 2008.