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Marisa Paredes deslumbra en Tokio con «La piel que habito»

Gran dama del cine español y una de las musas de Pedro Almodóvar, Marisa Paredes ha llevado a Tokio "La piel que habito", una película que considera "seguramente la mejor"del director español y, al mismo tiempo, un desafío que le exigió mantener "una frialdad enorme".

Enfundada en un elegante traje rojo y con una gran sonrisa pese al cambio horario, la actriz, que llegó ayer a la capital nipona invitada por el Festival de Cine Latin Beat, reconoció en una conversación con Efe que su papel en la última cinta de Almodóvar es "lo más diferente"que había interpretado hasta ahora con él.

"Había hecho hasta este momento divas, escritoras... Pero éste era un personaje totalmente distinto. Desde su forma de vestir, hasta su forma de comportarse", indicó Paredes, que destacó la "frialdad"que pedía el cineasta a todos los actores "frente a todas aquellas barbaridades"que ocurren durante la historia.

"La piel que habito"se proyectó anoche en la sesión inaugural del Festival Latin Beat, el principal certamen de cine español y latinoamericano en Japón, que este año llega a su octava edición con la presencia de la actriz española entre sus platos fuertes.

En Japón de visita por primera vez, Marisa Paredes admitió que llega al país asiático en un momento muy especial, cuando los nipones se esfuerzan aún por superar los efectos del terremoto y el tsunami del 11 de marzo, que dejaron 20.000 muertos y una crisis nuclear aún abierta.

Por eso, destacó el poder del cine como "fábrica de sueños"para huir de la realidad, algo que le da un carácter "terapéutico"a la hora de superar un desastre como el de Japón.

"Realmente hay necesidad de ver cine cuando ha habido una tragedia, del tipo que sea", afirmó.

Sobre la acogida en Japón de la película de Almodóvar, sin duda el director español más conocido entre el público nipón, la ex presidenta de la Academia española de Cine (2000-2003) consideró que "toda la angustia, todo el desasosiego"que el relato transmite puede llegar a cualquier espectador, al margen de su país.

Lo importante es la gente que lo capta, "que se siente tocada por esa historia. Da igual que sea de aquí, de allá o de acullá", dijo.

Anoche, ante un público nipón predispuesto a dejarse cautivar por lo último de Almodóvar y por la propia Paredes, la actriz recibió una gran ovación en el escenario de los cines del popular barrio de Shinjuku, donde hasta el lunes se celebra el festival.

La actriz agradeció la acogida con estilo y glamour y no escatimó elogios hacia Antonio Banderas, Elena Anaya y Jan Cornet, sus compañeros de reparto, que, dino, "han hecho que este trabajo sea verdaderamente distinto, lleno de energía".

Tampoco faltaron alabanzas al trabajo de Almodóvar al que considera "seguramente"el director con el que tiene "una mayor complicidad".

La actriz encarnó a mujeres como la Becky del Páramo, de "Tacones Lejanos"(1991), la Leo Macías, de "La flor de mi secreto"(1995), o la "Huma Rojo", de "Todo sobre mi madre"(1999).

Y si bien la Marilia de "La piel que habito"ha supuesto su papel más distinto en su carrera con Almodóvar, uno de los que recuerda con más cariño es el de "La flor de mi secreto", un personaje "muy íntimo y extraordinario".

"Todas las películas de Pedro Almodóvar me han dado la oportunidad de expresarme de una forma distinta y maravillosa, de manera que en todas hay cosas que me gustan más que en otras. Pero 'La flor de mi secreto' es una de mis favoritas, o quizá mi favorita", precisó.

Con más de cien títulos en su haber y una veintena de premios internacionales, Marisa Paredes agradeció al Festival Latin Beat la oportunidad de estar en Japón, que, consideró, ha sido "en realidad una invitación al cine español".

Aunque lleva apenas un día en Tokio, se mostró "fascinada y encantada"por una ciudad y un país en el que, aseguró, "me va a faltar tiempo. Espero tener ocasión de disfrutar todo esto", concluyó.