Gobierno de España
Rajoy arremete contra los «tics autoritarios» de Zapatero
La «guerra» política por la congelación de las pensiones no se ha agotado con el veto del Gobierno, en el debate de los Presupuestos de 2011, a las enmiendas de la oposición –menos PNV y CC– que solicitaban su revisión.
Ya se sabe que la política hace extraños compañeros de cama: por de pronto, PP, IU y ERC se han aliado tácitamente para recurrir en la Mesa del Congreso la decisión del Gobierno. Y a la cometa todavía le queda mucho hilo.
El Ejecutivo ha amparado una vez más su veto en la prerrogativa legal de la Constitución, de uso restringido, que le permite «arrinconar» iniciativas que supongan un aumento de gasto o disminución de los ingresos. Un argumento que podría llegar a tener su pase si no fuera porque al mismo tiempo ha seguido dando luz verde a otras enmiendas que sí implican crecimiento de gasto en el mismo escenario restrictivo en el que impide el debate sobre la congelación de las jubilaciones.
Entretanto, en el plano puramente discursivo la novedad es el dardo de Mariano Rajoy contra el presidente del Gobierno por sus «tics autoritarios». «Es un acto de autoritarismo impropio de una democracia avanzada que la oposición no pueda plantear una alternativa a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y ni siquiera debatirla», sentenció el líder de la oposición durante el acto en el que presentó la conferencia que pronunció en Madrid la presidenta del PP de Aragón, Luisa Fernanda Rudi.
En esa línea de combate a cara de perro, la portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, «disparó» contra el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, al que acusó de ser el responsable directo del «autoritarismo y despotismo» con el que, a su juicio, ha actuado el Gobierno en el debate sobre la congelación de las pensiones. Según los populares, el Ejecutivo ha actuado con criterios políticos más que jurídicos. «Ya sabemos a qué ha venido Rubalcaba, no ha venido a comunicar ni a explicar, ha venido a hacernos callar y a tapar la voz de este Parlamento», sentenció la portavoz. Y como traca final, la aseveración de que su programa oculto es «no defender el Estado de Bienestar».
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