Castilla y León

Reclaman más formación en la Policía ante casos de discapacitados psíquicos

Un millar de alumnos de la Escuela de Policía de Ávila participa en una jornada sobre los disminuidos mentales. 

La Razón
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Ávila- La Confederación Española de Organizaciones en Favor de Personas con Discapacidad Intelectual (Fepas) celebró ayer en la Escuela de la Policía de Ávila una jornada sobre esta minusvalía, en la que participaron más de un millar de alumnos, para enseñar a estos jóvenes agentes el especial tratamiento que deben recibir estas personas ante una detención debido a su dolencia.Laura Galindo y Paula Serrano, miembros de las federaciones de Feaps en Castilla y León y Extremadura, fueron las encargadas de disertar la clase, donde pusieron de manifiesto ante los futuros policías el desconocimiento que existe entre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado sobre cómo tratar a estas personas con problemas mentales.Ambas reivindicaron una mayor formación y especialiada a los agentes, para que sepan cómo deben actuar ante una detención. Al respecto, recordaron que lo primero que tiene que hacer la Policía ante un caso de este tipo es avisar a un abogado o un fiscal de que se va a llevar a cabo una detención. «Hay que tener en cuenta de que se está tratando con personas muy influenciables y con una personalidad muy débil, que tienen dificultades para poder generalizar y controlar sus emociones», destacaba Laura Galindo, tras insistir en que tanto la Policía como la Guardia Civil deberían contar con una formación más específica sobre este colectivo, pese a que apenas representa un uno por ciento de la población reclusa de España.En Castilla y León hay alrededor de 120 presos con alguna discapacidad intelectual. Mientras que Segovia es la única prisión de toda España que dispone de un módulo específico para discapacitados intelectuales en el que se atiende a medio centenar de internos que precisan de un apoyo importante. Ambas responsables de Feaps recordaron también que esta organización trabaja en todas las cárceles de la Comunidad, excepto en la Soria y Ávila.Finalmente, realizaron un perfil de la persona con discapacidad intelectual que se encuentra retenida en una prisión, que responde al de un hombre de unos treinta y tres años de edad, que procede de una familia desestructurada, tiene una discapacidad límite y, en la gran mayoría de lso casos, presenta una enfermedad mental y problemas con las drogas.