Fútbol
Tormenta con rayos
Las predicciones meteorológicas habían anunciado lluvia. Al Bernabéu llegaron, además, truenos y relámpagos. En tres jugadas fulgurantes, el Madrid dejó contra las cuerdas al Villarreal. El equipo madrileño salió a jugar como si fuera un modesto. Es decir, dispuesto a luchar sin descanso, presionando al contrario y, como a ello añadía la calidad de sus futbolistas, el «Submarino» hizo aguas antes de que asomara el periscopio.
Hacía tiempo que no se veía una superioridad física y técnica como la madridista. El Villarreal trató de sacudirse el agobio en varias ocasiones y en una de ellas fue peor, porque tras un saque de esquina se topó con el contragolpe madridista que propició el tanto de Di María.
El juego madridista tuvo las virtudes que cabe esperar de quien posee toda clase de condiciones para convertir el juego en gran espectáculo. Tal y como juega ahora el Madrid va a ser muy difícil que tropiece con alguien con capacidad suficiente para hacerle daño. Se dirá que perdió ante el Levante y empató con el Racing, aunque suponerle más tropiezos es pronóstico arriesgado.
Sin restar méritos al Madrid se puede afirmar del Villarreal que cualquier parecido con la historia es pura coincidencia: la del color. La tradición de los buenos fichajes no tiene nada que ver con Zapata, De Guzmán y Camuñas. Cagna, Riquelme, Arruabarrena, Sorín, Forlán, Senna, Cazorla... Agua pasada que no mueve molino. La crisis hay que digerirla de la mejor manera posible. Con otro entrenador. Y dos buenos defensas.
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