ERE

Una jueza con club de fans

Mercedes Alaya, que investiga los ERE irregulares, ya tiene una legión de seguidores en Facebook. Algunos la apodan «La dama de hierro». 

La jueza Alaya investiga la supuesta adjudicación de 647 millones en ERE falsos por parte de la Junta de Andalucía
La jueza Alaya investiga la supuesta adjudicación de 647 millones en ERE falsos por parte de la Junta de Andalucíalarazon

«Se lleva por delante al que haga falta, da igual que sea Lopera, los de Mercasevilla, caiga quien caiga», dicen de ella en su página de Facebook. Porque la jueza Mercedes Alaya, al igual que Baltasar Garzón, tiene un club de seguidores en la red social. Ya hay registrados 1.436 y el número aumenta como si de un taxímetro se tratara. «Estamos con ella y sentimos mucha admiración por su tenacidad, rigor y valentía por no tener miedo al régimen», escribe uno de los miembros.

Alaya (Sevilla, 1964) personifica aquello que Don Quijote le repetía a Sancho Panza: «Ladran, luego cabalgamos». Raro sería que dejara indiferente a alguien. Por primera vez en España un juez ha solicitado a un Gobierno todas las actas de sus reuniones durante diez años. La magistrada investiga la supuesta utilización de un fondo de 647 millones de euros para sufragar ERE falsos por parte del PSOE andaluz. Enfrentarse a más de 30 años de caciquismo socialista refleja un arresto que suscita interés. Y no sólo por este caso.

«Gracias por todo lo que está haciendo por nuestro equipo. El año que viene estaremos en primera y gran parte se lo debemos a usted», se explaya otro seguidor de su página. «Creemos un club de fans de la señora jueza Mercedes Alaya», se llama un nuevo perfil subido a la red el pasado jueves, por el mismo motivo. Y es que la magistrada investigó a Manuel Ruiz de Lopera, ex presidente del Betis y actual accionista mayoritario, por un presunto delito societario en el que los perjuicios causados al club de fútbol por su gestión se cifrarían en doce millones de euros. «La dama de hierro», la apodan algunos. Quizá no sólo por su arrolladora labor profesional.

Alaya es mediática. Igual que Garzón. Pero, a diferencia de su compañero de gremio, es su halo de misterio lo que le otorga ese poder. Siempre seria y esquiva, la jueza huye de los flashes. Distancia que alarga su porte hierático, algo marmóreo, que no regala titulares. «Vive muchísimo su trabajo. Los asuntos los estudia, los desmenuza y alcanza las conclusiones después de un proceso muy pensado. Nunca despacha nada a la ligera», cuenta de ella Federico Jiménez Ballester, decano de los jueces de Sevilla.

Alaya fue compañera de promoción de judicatura. «Es una persona encantadora. Correcta y muy discreta, se lleva muy bien con sus demás compañeros». Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla y entró en la carrera judicial con 25 años. En 1998 accedió al Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, donde ejerce actualmente. También hay críticas. Algunas lenguas cuestionan sus métodos.

Para algunos letrados Alaya no busca la verdad, sino que tiene una idea preconcebida y busca ratificarla. «Impulsiva» o «inquisitiva», dicen de ella que no delega en nadie, por lo que se le acumula el trabajo (la Junta de Jueces ha solicitado una excepción de reparto para eximirla de casos). «Eso es mentira», la defiende un letrado cercano. «Si estos asuntos hubieran caído en otras manos no se sacaría todo lo que se está sacando por negligencia e intereses personales. Es imparcial, independiente y muy rigurosa».