Un Gobierno austero y reformista por Jaime García Legaz

Los españoles nos hemos pronunciado democráticamente en las urnas. Han sido, todo hay que decirlo, las primeras elecciones generales desarrolladas con normalidad desde el año 2000. Tanto en 2004 como en 2008 los terroristas quebraron esa normalidad.

La voluntad de los ciudadanos, ampliamente mayoritaria, ha sido inequívoca: los españoles han expresado su voluntad de cambio en el Gobierno de la Nación. Un cambio de políticos y de políticas.

Mariano Rajoy es una persona con una trayectoria más que contrastada como ministro y vicepresidente del gobierno de 1996 a 2004 y como jefe de la oposición desde entonces. Los españoles saben bien qué tipo de políticas defiende y cuáles rechaza, y el voto mayoritario del día de ayer no es, por tanto, un voto hacia unas políticas por conocer.

La campaña del PP ha sido clara: 1. Apuesta por la austeridad en el gasto público, frente al socialismo del despilfarro.

 2. Mantenimiento o reducción de los impuestos, frente a las subidas fiscales propugnadas por el PSOE.

 3 y 4. Reformas profundas en el mercado de trabajo, en el sistema financiero, en las administraciones públicas, en la educación, en las universidades, en la sanidad y en la justicia, entre otros ámbitos, frente al inmovilismo socialista.

Mariano Rajoy ha anunciado también un Gobierno para todos, para los que han votado al PP y para los que no lo han votado. Rajoy presidirá un Gobierno que llamará al esfuerzo y la colaboración de todos, más allá de su ideología, a la suma de fuerzas de todos los españoles para superar la profunda crisis que nos castiga, en lugar del Gobierno de media España contra la otra media que ha presidido José Luis Rodríguez Zapatero. Finalmente, estoy completamente seguro de que Mariano Rajoy nombrará un excelente Gobierno, un Gobierno de los mejores; él mismo así lo anunció en su última semana de campaña.

Y nos tendrá a los diputados del Partido Popular respaldando esa acción del gobierno que ayer eligieron los españoles por amplia mayoría.