Muti en el foro

Riccardo Muti, tan ausente estos días, apareció en la gala para refrendarse en la idea de que «los directores de música no deberían hablar nunca». Pero habló para confesar la admiración y la deuda que, como napolitano, tiene con nuestro país. Recordó los barrios de su ciudad que se llaman «españoles» y el teatro de San Carlo, construido por Carlos III de Borbón. «Soy mediterráneo y una parte de mi sangre es española», aseguró.

Hacia la belleza
Después, de mencionar las guerras y el odio, aseguró: «La música es encuentro y de los encuentros nacen las maravillas que nos asombran y apasionan. A través de la música podemos llegar a la belleza, la fraternidad y la hermandad». Uno de los héroes de Fukushima, que acabó su discurso con un «¡Viva España!», reconoció que «desde el accidente, estamos realizando la evacuación de la población, así como el enfriamiento de los edificios de contención de los reactores y la actividad de descontaminación». Con voz firme reconoció que todavía tienen que «seguir luchando resueltamente para garantizar la seguridad del pueblo japonés». En representación de los neurológos galardonados, habló Arturo Álvarez-Buylla. Fue él quien señaló: «Una motivación importantísima para nuestro trabajo es encontrar nuevas estrategias para la reparación del sistema nervioso. Se piensa que «nuevas neuronas» es sinónimo de curación de enfermedades neurodegenerativas. La cosa no es tan sencilla».

El futuro está en la Biología
El neurólogo Arturo Álvarez-Buylla, que evocó su ascendencia española, no quiso abandonar el estrado sin señalar: «Cada vez con mayor frecuencia despreciamos y destruimos formas de vida que tienen mucho que enseñarnos. Como seres vivos, nuestro futuro está en la Biología; tenemos mucho, muchísimo que aprender de otros organismos y de nosotros mismos».