Lituania
«Nos lo hemos pasado muy bien»
Los campeones de Europa exteriorizan ante miles de aficionados el buen ambiente que reina en el grupo
Madrid- Unas palabras resonaron por encima de todas en la celebración de los flamantes campeones de Europa de baloncesto: «Lo hemos pasado muy bien». Fue el denominador común de los doce integrantes de la Selección. Palabras sencillas que encierran mucho, que dicen que detrás de este equipo hay un grupo humano muy fuerte, que no es un mito eso de que son amigos además de compañeros de Selección. Fueron a Lituania a competir, a por el oro, pero hay mucho detrás de eso aparte de baloncesto, esfuerzo y talento. «Son unas buenas vacaciones», dijo Rudy Fernández medio en broma, medio en serio. Ganar une, pero se nota en el ambiente que hay algo más, una complicidad especial que se hizo pública en la madrileña plaza de Callao ante unos 2.000 aficionados.
Los héroes de Lituania aparecieron pasadas las seis y media de la tarde. Calderón, Ibaka y Marc fueron los primeros para regar en cerveza a los seguidores de las primera filas, y también entre ellos mismos, por supuesto. Habían llegado en un autobús descapotable después de una jornada agotadora. Las horas apenas han tenido descanso para ellos desde que el domingo lograran el oro. Primero, la celebración en el vestuario con el Príncipe Felipe como invitado. Después, la cena en Kaunas, el viaje a Madrid, la recepción con José Luis Rodríguez Zapatero... «Debéis saber que ya sois leyenda. Sois el mejor equipo de la historia del deporte español», les dijo el presidente, que ahora les pide que repitan medalla en los Juegos Olímpicos.
Tras la comida llegó el gran momento, la reunión con los aficionados. Juan Carlos Navarro fue el maestro de ceremonias, el que menos miedo tenía al micrófono. «MVP, MVP», empezó a gritar el público, y se unieron sus compañeros, que además le bañaron sin contemplaciones en cerveza mientras el cántico de «campeones, campeones» comenzó a convertirse en la banda sonora oficial. «Me lo merezco, me lo merezco», dijo la «Bomba» en plan guasa. Cada jugador tiene una broma con el grupo, un mote, una «coña» surgida en las horas de entrenamientos y de hotel. Después, en los partidos, es el uno para todos y todos para uno. «Somos un equipo, somos 12, todo un país jugando juntos», recordaba Marc Gasol, que tuvo que interrumpir su discurso para empezar una guerra de espuma con Navarro. «La mejor canasta que recuerdo son los puntos de Juan Carlos», explicó Rudy. «Estoy orgulloso de formar parte de este grupo de quinquis», aseguró la «Bomba», que quiso acordarse de «las personas que no salen en las cámaras», pero que son parte de la familia del baloncesto. A las 18:48 apareció la Copa de Europa, ese trofeo que «pesa de la hostia», en palabras de Pau, pero que todos quisieron levantar. El público se lo pidió a Navarro y después a Reyes, el primero que lo alzó en Kaunas. «Gracias a Juan Carlos, gran capitán y persona, que me permitió ser el primero y dedicárselo a mi padre», afirmó el pívot del Madrid, al que todos han apoyado estos días por el fallecimiento de su progenitor. Incluso le levantaron el ánimo con la canción que ha acompañado a la Selección. «Todos los días sale el sol, chipirón», dice el tema de Bongo Botrako, que Sergio Llull presentó durante la concentración al resto del equipo. «Todos los días sale el sol, Felipón» fue la variante de Calderón. Otra vez trabajo en equipo. Todos juntos y abrazados al ritmo de esa canción fue el fin de la fiesta pública, para empezar la privada. Antes, Ibaka, que celebró sus 22 años con el oro, recibió el «cumpleaños feliz» de la afición, Claver intentó lo que parecía un monólogo del Club de la Comedia, el presidente José Luis Saez reconoció que no había «conocido a nadie con la misma calidad y la misma golfería» y Calderón se lanzó con el «viva España».
«Ahora vamos a descansar, ¿nos dejáis?», pidió Navarro. El año que viene, la gloria les espera en los Juegos de Londres.
«Unión y sacrificio»
Sergio Scariolo se mantuvo en un segundo plano en la fiesta de España. El seleccionador ha ganado dos Europeos consecutivos, pero quiso que todo el protagonismo fuera de los jugadores. Al final le obligaron a hablar. «Estoy muy emocionado, como ayer [por el domingo]. Tenéis que estar orgullosos del esfuerzo que estos jugadores han puesto, del sacrificio y de la unión, de cómo han jugado estos tíos al baloncesto. Os han representado de maravilla».
El paseo de los «chicos de oro»
Después del almuerzo en el Txistu los jugadores se subieron a un autobús que los llevó hasta la plaza de Callao. Y allí se lo pasaron estupendamente, vieron Madrid desde las alturas y tuvieron tiempo de saludar a los aficionados que los vitoreaban desde las aceras. El trofeo conquistado en Lituania – «la copa pesa», le dijeron al presidente Zapatero– siempre estuvo bien custodiado para que no se cayera.
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