Zapatero: adiós sin reforma

A pesar de que el principal opositor del PP admitió unos debates muy «intensos», puntualizó que «siempre me ha merecido respeto». Dicho esto, le reprochó los siete años para reformar la Cámara que han sido en balde, un único debate de autonomías en ocho años –algo que en su día se le criticó al ex presidente José María Aznar– y la baja actividad de la Comisión General de Comunidades Autónomas. Sin embargo, valoró su comparecencia mensual en las sesiones.

Por su parte, Zapatero, alegó ser el artífice de este sistema «renunciando a las preguntas» de su propio grupo, «realzando políticamente a la Cámara». Y, en tono de disculpa, lamentó no haber cumplido con el «objetivo de la reforma del Senado», achacándolo al modelo de cooperación de las comunidades autónomas.

Tanto el popular como el presidente repasaron la actividad de la Cámara Alta en las dos últimas legislaturas y ambos hicieron votos para que la aplazada reforma del Senado –que aspira a convertirse en una verdadera Cámara de representación territorial– pueda ver la luz en el futuro, aunque el presidente del Gobierno no fue muy optimista. «Deseo fervientemente que se pueda alcanzar la próxima legislatura; no es fácil», señaló recordando las singularidades del modelo autonómico español y de la elección de los senadores así como la relación directa de las comunidades con el Ejecutivo, informa Efe.Por último, afirmó haber «intervenido cinco veces» en el Pleno por las reformas de los Estatutos, y en un guiño a Pío García Escudero respecto al formato del Debate sobre el Estado de las Autonomías, recibido entre carcajadas, reconoció: «Después del primero entendí muy bien al presidente Aznar, por qué sólo había hecho un debate, y me sumé a su precedente».