Castilla y León

Una de cada cuatro casas rurales no reúne los requisitos para funcionar

Una de cada cuatro casas rurales no reúne los requisitos para funcionar
Una de cada cuatro casas rurales no reúne los requisitos para funcionarlarazon

Valladolid- Un 25 por ciento de los casi 4.000 alojamientos rurales que hay en estos momentos en Castilla y León «sobraría» al no reunir los requisitos indispensables para su funcionamiento. Así de contundente se muestra el presidente de la Federación de Turismo Rural de Castilla y León. Luis Rodríguez, que señala que a pesar de «ser legales», la atención no es profesional y no están dentro de la comercialización.

Y es que, cada dos días se autoriza un nuevo alojamiento y las bajas son inexistentes. La causa, el «boom» de la construcción, que ha hecho que muchos ciudadanos se hayan encontrado con segundas viviendas a las que no pueden dar salida y una de las soluciones es la de ofertarlas como casa rural.

Por eso, el presidente de Acaltur ve necesario que se produzca cuanto antes una clarificación en las normas para dar un salto cualitativo. «Las administraciones se han basado mucho en la cantidad y eso ya ha llegado a su tope. Ahora hay que dar un salto hacia la calidad, garantizándola de cara al viajero» Y una de las vías es clarificar las tipologías, al existir ahora una alta confusión.

Para ello el nuevo decreto paa la clasificación de los alojamientos puede ser una solución, pero el problema es que será más a largo plazo que corto, tanto por el esfuerzo que exige evaluar a casi 4.000 alojamientos como por el presupuesto a invertir en ello. Eso sí, «ello va a provocar la desaparición de muchas de las casas rurales que se han quedado obsoletas o que no cumplen con lo establecido», indica Luis Rodríguez.

Cambios con la crisis
Lo que parece claro es que el sector se ha tenido que adaptar a las nuevas circunstancias. La demanda es menor, las reservas se hacen con poca antelación y se ha disminuido el número de pernoctaciones, en especial durante los puentes y durante las vacaciones de verano (se ha pasado de quince a siete días).

Además, el «todo incluido» también se está trasladando al ámbito rural y cada vez apuesta más por esta clase de turismo las familias -hasta la fecha eran turistas jóvenes entre 25 y 40 años que se movían en grupos o parejas-, al «ofrecer mayor tranquilidad que la playa y que aquí se mantiene un mayor control sobre el gasto».

Por eso, Rodríguez considera prioritario «especializarse» ya que el promotor en los últimos años ha cambiado y se ha tenido que adaptar a las circunstancias actuales.

«Antes el propietario se preocupaba por recibir a los clientes y ahora hay que buscarlos. Ninguna casa puede estar ausente de una página web, de hacer convenios con agencias o de ofrecer actividades complementarias a sus clientes», añade.

Pero hay varias asignaturas pendientes y una es la caza del turista «extranjero», que todavía no ha entrado en la dinámica del turismo rural. «En este sentido no llegamos al suspenso bajo». Una solución es la de potenciar el sector bajo el paraguas de la «Marca España», dice Rodríguez, quien también considera relevante un mayor grado en el «asociacionismo» en Castilla y León como «garantía de profesionalidad». No estamos por la labor y es algo imprescindible, sobre todo para tener voz antee las distintas administraciones».

 

Un nuevo decreto para regular la categoría de los establecimientos
La Junta de Castilla y León trabaja en la elaboración de un decreto que tendrá como principal novedad la regularización por categorías de los establecimientos rurales. Será de una a cinco estrellas en función de sus instalaciones, equipamientos y servicios. Éste es uno de los aspectos más demandados por el propio sector, cuya regularización será beneficiosa tanto para lasempresas -ya que la categorización supone un incentivo para la mejora de la gestión empresarial- como para el turista -al adecuar los servicios a sus expectativas y necesidades y le proporcionará mayor seguridad en la elección del alojamiento-. Las estrellas se determinarán y valorarán respecto a diez áreas o parámetros como diseño, ambiente, equipamiento, atención, seguridad y accesibidad. Otra de las novedades será la creación y regulación de la figura del Hotel Rural y se aumentará el número de plazas que pueden ofrecer de diez a 16.
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