Francia

Huele mal

La Razón
La RazónLa Razón

No me gusta el enfrentamiento político que ha surgido entre los dos grandes partidos tras el anuncio de ETA del cese definitivo de la violencia. La erradicación del terrorismo, si finalmente se produce, es mérito de todos los gobiernos que han tenido España y Francia. Cualquier interpretación es válida, pero todavía creo que el hombre es bueno por naturaleza. Las lágrimas de Rubalcaba o de Patxi López no son de mentira. Hay muchas emociones a flor de piel. Vivir de cerca este drama, oler a pólvora y carne quemada en el lugar del crimen, conocer a las víctimas, sentir su dolor, pasear con escolta o dar el pésame a una viuda desencajada, cargada con un bebé en una iglesia cualquiera de Guernika, pasa factura. Anhelo la unión de los demócratas contra las pistolas.

Hay asuntos que están por encima de las ideologías y uno de ellos no es otro que la crítica feroz ante el que decide resolver sus frustraciones a golpe de dinamita. Todos han puesto su granito de arena para arrinconar y desarmar a una banda derrotada, a un grupo de asesinos y extorsionadores que llenan las cárceles del país.Ahora no pueden salir con ese ridículo pasamontañas bajo la «Txapela» a decir que el camino ha sido duro y que en el camino se han quedado compañeros –terroristas- y que otros están en prisión. Si quieren paz que pidan disculpas, que entreguen las armas y se dejen de milongas y monsergas.