El «aquelarre» etarra

Globo sonda

La Razón
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La misión principal de Jesús Eguiguren dentro del Partido Socialista es la de sondear la situación de ETA y sus alrededores y, en su caso, hablar con unos y con otros dentro de ese mundo. Y esta labor la lleva a cabo, al menos desde 2005, con el visto bueno de Zapatero, Rubalcaba y López. Por eso, resulta difícil entender que al recadista del Gobierno ante ETA le haya dado un aire y, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, proponga públicamente legalizar Batasuna con el fin de coadyuvar a la desaparición de ETA. Es verdad que el lendakari ha afirmado que no comparte sus opiniones y ha dejado claro que es él quien lidera la política antiterrorista en Euskadi, y que también Rubalcaba le ha desautorizado; sin embargo, más de uno puede pensar que el experto en negociaciones con ETA no ha hablado motu proprio ni a humo de pajas. Probablemente, se habrá pronunciado en ese sentido por exigencia de la izquierda abertzale para continuar el camino iniciado en esta nueva «negociación» con el brazo político de la banda. Y, casi podría afirmar, que López conocía esa declaración y que estaba pactada la descalificación. De lo contrario, la reacción del presidente vasco debería haber sido más rotunda, dado que la lucha antiterrorista es un asunto fundamental en España en el que nadie puede ir por libre. Y, mucho menos, la persona encargada de contactar con el siniestro universo del terror.