Barcelona

Eva Iker y Sara compiten en publicidad por Jesús Mariñas

Tímido, cortado y sin aspavientos, Casillas pasó el peor trago de su vida posando con la última máquina de Philips. Mucho deben de haberle pagado para vencer su rechazo al exhibicionismo fuera del campo. De ahí su actitud y, acaso, también los cuarenta minutos de retraso con que llegó a la cita.

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Tiré a dar iniciando las preguntas: «Anteayer Sara Carbonero presentó su "spot'' de Pantene y prohibió preguntas sobre usted. ¿Es algo acordado con su pareja?». Silencio, pausa, se mascaba la tragedia. Esgrimiendo la afeitadora Iker toreó la pregunta: «Es algo que pertenece a mi vida privada. Por ahí no paso», argumentó. Había trocado su deportividad indumentaria por un más que discreto traje gris, combinado con una clasicorra camisa blanca. Sorprendió porque en Ibiza viste de manera más desenfadada. Falló tanto en el estilismo como en su mensaje.

Y si Sara promociona dando vueltas las excelencias de un regenerador capilar, Eva González no sólo vende los beneficios de Bezoya, también amadrinó en Barcelona la primera tienda Guess del Paseo de Gràcia. La Ciudad Condal festeja estos días a su patrona, La Merced. Dolly Fontana, antaño reina de la noche en Up & Down, coordina el famoseo en el Mandarín que la emprendedora banquera inauguró recientemente. Se ha convertido en la competencia inmediata de lo que llaman Hotel Palace y pronto recuperará su nombre original, Ritz. Ha terminado el contencioso por la marca y Juanito Gaspart, antiguo presidente culé, le ha devuelto el esplendor de antaño. No sólo cobija los premios Planeta y Nadal. Antes también celebraba los desfiles de alta costura que encabezaban Pertegaz y Pedro Rodríguez. Magnífica rehabilitación con su enorme salón presidido por un Ramón Casas. Judith Mascó y Raquel del Rosario completaron un trío que encabezó la delgadísima Eva González, novia de Cayetano. Por allí pasaron desde Elena Mas a Xavi Trías, que ya recibía felicitaciones «porque todo saldrá como se espera», que anticipó a los hermanos Marciano, propietarios de la firma. Barcelona fue una gran fiesta gracias a la rehabilitación de ese Ritz donde residió Salvador Dalí. Ahí conocí a Tita Cervera y a su madre cuando la baronesa salía con Toni Parés, el dueño del hotel. Lo que sus paredes podrían contar...