Cumplan su palabra

A ver si nos entendemos. Si los políticos con responsabilidad de Gobierno se han hartado de proclamar que el 80 por ciento de los Presupuestos en sus respectivos territorios van destinados a Sanidad, Educación y Dependencia ¿cómo es posible que aseguren que no tocarán esos capítulos en sus planes de austeridad? O nos mentían antes en que esos servicios fueran objeto de tales cantidades de dinero, o nos engañan ahora y, una vez celebradas las elecciones del 20-N, meterán la tijera en servicios a los que estamos acostumbrados. Coincido con mi amigo Rogelio en dar por sentado el segundo supuesto. Educación, Sanidad, Dependencia, Infraestructuras … serán objeto de recortes y, en algunos casos, drásticos. El reto de nuestros gobernantes se centra en ahorrar sobre aspectos del despilfarro y no caer en la tentación fácil de subir los impuestos para mantener el mismo gasto cuando se puede rebajar con una buena gestión. ¿No se les llena la boca con vocablos como austeridad, rigor y eficiencia? Pues que las apliquen. ¿Por qué no puede haber más alumnos por clase, recetar más genéricos o vigilar el absentismo laboral antes que saquear nuestros deprimidos bolsillos? Los ciudadanos nos merecemos más respeto y saber la verdad por más que los comicios estén en el horizonte. Cuando las cosas están justificadas, las entendemos. Einstein decía «en la crisis es cuando nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a si mismo sin quedar superado (...) Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla». Así es la vida.