Decálogo para la crisis

España debe bajar su déficit en 9,4 puntos porcentuales en la próxima década, una de las reducciones más drásticas del mundo según el Fondo Monetario Internacional, que, además, pide un recorte en las prestaciones sanitarias de nuestro país para reducir la deuda. Menudo panorama. Ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos. Estoy dispuesto a votar un programa con las siguientes medidas: 1) Eliminar el Senado. Los grandes teóricos del Derecho Internacional (Duverger, Jellinec…) opinan que es una Cámara innecesaria y que está en extinción. Con esta medida, ahorraremos 3.500 millones de euros. 2) Eliminar la pensión vitalicia de diputados, senadores y demás miembros de la «clase» política. Su pensión, la misma que la de todos nosotros. 3) Revisar los sueldos de los presidentes autonómicos, alcaldes y demás cargos electos: que ninguno gane más que el presidente del Gobierno de España. 4) Cambiar las leyes que sean necesarias para quienes hayan robado dinero público, sea la cuantía que sea, y que se les obligue a devolver hasta el último céntimo. 5) Eliminar coches oficiales (no es posible que tengamos más que USA). 6) Anular todas las tarjetas VISA oficiales y aquellos privilegios desmesurados co-mo viajar en primera clase en los transportes. 7) Para los altos cargos, no más de dos asesores pagados con los Presupuestos del Estado. Si quieren más, que los paguen sus respectivos partidos políticos. 8) Eliminar a todos los diplomáticos excepto un embajador y un cónsul en cada país. No es posible que gastemos en esto más que Alemania. 9) Rebajar las subvenciones a los partidos políticos y a fundaciones y ONG opacas. 10) Eliminar las partidas a los sindicatos: casilla en la Declaración de la Renta, como la Iglesia Católica. Se ahorrarían más de 45.000 millones, con lo que ni haría falta tocar las pensiones y los sueldos de los funcionarios.