Cataluña

El caos se apodera del Parlament en una sesión repleta de despropósitos

El pleno se suspendió en dos ocasiones y De Gispert tuvo que pedir disculpas

Puig mirando ayer la hora en un pleno que amenazó con alargarse 50 horas, según los cálculos que hizo Enric Millo (PP)
Puig mirando ayer la hora en un pleno que amenazó con alargarse 50 horas, según los cálculos que hizo Enric Millo (PP)larazon

BARCELONA- «Me gustaría ir a la boda de mi hermano este sábado o, al menos, llegar a las copas». Con este irónico «tweet», un diputado del Parlament avisaba ayer de que las 1.012 votaciones que había pendientes tras el debate de política general amenazaban con dar lugar a una sesión plenaria de récord Guiness. Más de dos días votando, calculó el portavoz del PP, Enric Millo, que, después de votar cinco resoluciones de ERC, se levantó de su escaño para alertar de las consecuencias: «A este ritmo, podemos pasarnos aquí 50 horas votando». Los diputados respondieron con un aplauso y la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, con un suspiro, como diciendo que «alguien lo tenía que decir».

De Gispert suspendió la sesión para poner orden al caos. Tras una reunión de diez minutos, la Junta de Portavoces acordó aplazar hasta hoy la votación de las cerca de 300 resoluciones y dar paso a la celebración del pleno extraordinario sobre la reforma de la Constitución. La presidenta no tuvo más remedio que pedir disculpas en varias ocasiones por unos hechos «sin precedentes» y se comprometió a corregir esta situación en el futuro para evitar otro ridículo similar.

No fue el único vodevil de ayer. Los tres diputados de Solidaritat per la Independència (SI) estuvieron muy cerca de sacar de sus casillas a los 132 diputados restantes. SI, que había suscrito la solicitud para impulsar el pleno sobre la Constitución junto a ICV, ERC, C's y Joan Laporta, consideró por la mañana que el debate sobre la reforma de la Carta Magna que debía celebrarse por la tarde era una «farsa» porque ya está aprobada. Solidaritat retiró sus firmas y dejó el debate sin el aval de los 27 diputados necesarios, una quinta parte de hemiciclo. Pero la Mesa del Parlament revisó el reglamento y descubrió que el artículo 63.4 establece que una vez convocado un pleno, sólo puede suspenderse si lo requieren dos grupos, una quinta parte de los diputados, el presidente de la Generalitat o del Parlament. No se dio ninguna de las situaciones.

Pleno sin sorpresas
El pleno extraordinario arrancó pasadas las seis sin sorpresas. Todos se ciñeron al guión que interpretaron en el Congreso. ICV y ERC reiteraron que la reforma limita el autogobierno. CiU volvió a denunciar que se le dejó fuera, el PSC reprochó sus lágrimas de cocodrilo e hizo frente común con el PP en defensa de la reforma de la Carta Magna.

Por la noche, la cara con la que Artur Mas miraba a López-Tena (SI), que se le acercó a comentarle algo, resumía el hartazgo de los diputados, cansados tras catorce horas y media de debate y de componendas que emponzoñaron la vida parlamentaria.