ANÁLISIS: Sería posible si el Domund por Anastasio Gil García

- Se celebra el Domund, el domingo de las misiones. ¿Le afecta la crisis? En 2010 recaudó dos millones de euros menos que en 2009.
–Ese descenso se debe, en parte, a que hubo menos donaciones de herencias y, en parte, a que muchas personas redirigieron sus donativos hacia Cáritas para ayudar, efectivamente, a paliar la pobreza en nuestro país.

- ¿Qué diferencia al cooperante del misionero?
–El cooperante tiene un contrato, un salario, es un profesional contratado por una entidad. El misionero no tiene una relación contractual y su motivación es sobre todo religiosa, quiere anunciar el Evangelio. Evidentemente, eso incluye también los proyectos de desarrollo humano, social y educativos.

- ¿Qué diferencia el Domund de otras ayudas misioneras?
–A veces se dan «hermanamientos», compromisos de una parroquia con otra de misiones, a la que ayudan con dinero o en especie. O se da la «misión diocesana», el compromiso de una diócesis de mantener a otra enviando misioneros (es el caso de Toledo con Moyobamba, Perú, por ejemplo). En cambio, lo recaudado en el Domund lo distribuye la Iglesia con equidad por todo el mundo, lo que garantiza así la universalidad de la Iglesia y sus misiones.

- ¿Hasta qué punto es popular el Domund?
–Es una convocatoria del Papa desde hace 85 años. Contamos con la generosidad de muchísimos españoles. Al ver los niños con las huchas y pegatinas, los rótulos y los carteles en las parroquias, descubrimos el rostro universal de la Iglesia. Es una jornada festiva, y la gente participa con su alegría y también con sus donativos.

Anastasio Gil García
Director de Obras Misionales Pontificias