Colombia

«El riesgo de golpe de Estado continúa en Ecuador»

Tras un fugaz paso por España, después de visitar a Italia, Patiño regresa para verse el fin de semana con la comunidad ecuatoriana en España, acuciada por la crisis y un aluvión de desahucios. Ecuador, el menos «bolivariano» de los cinco grandes del ALBA, trata de recomponer relaciones con Colombia y EE UU sin frenar su «revolución ciudadana».

Ricardo Patiño, ministro de Exteriores de Ecuador
Ricardo Patiño, ministro de Exteriores de Ecuadorlarazon

–¿Se han descongelado las relaciones con Colombia?
–Tenemos prevista la inminente visita del presidente Santos, cuya fecha está por concretar. La actitud de Santos y el tiempo han permitido pasar página. Hemos resuelto temas pendientes como la mayor presidencia de las fuerzas colombianas en la frontera, la información sobre el ataque de Angostura. También nuestra exigencia nuestra de que Colombia deje de proclamar que Ecuador es responsable del ataque.

–¿Les está resultando más fácil trabajar con Santos como presidente?
–Sí. Santos era ministro de Defensa cuando se produjeron las filtraciones pero, como presidente, ha demostrado su decisión por entablar una relación adecuada.

–El Gobierno de Correa quedó tocado como segundo santuario de las FARC junto con Venezuela.
–De esas famosas súper computadoras de Reyes, que aguantaron todo el bombardeo, Correa quiere saber su marca para comprar una. El propio Estado colombiano, el poder Judicial, ha tomado la decisión de desconocerlas como medio de prueba. No son correos electrónicos. Por eso no tenemos tiempo que perder en eso. Ni el presidente Correa ni yo, que era parte fundamental de su equipo, recibimos un solo correo de las FARC, ni dinero de esa gente. Nunca he conocido a un miembro de las FARC. Cuando me dijeron "mataron a Reyes"pregunté quién era Reyes. "Raúl Reyes, el segundo de las FARC". Ni siquiera sabía que había un número dos.

–¿Nunca recibió usted personalmente dinero desde Colombia por otra vía?
–Ni yo ni nadie de nuestra campaña. Para haberlo recibido teníamos que haber dado nuestra autorización. Yo era coordinador y estaba al frente de la campaña. No pudo llegar por otra vía. Teníamos que haberlo sabido.

–¿Tienen constancia de la presencia estable de las FARC en Ecuador?
–Si la hubiera, actuaríamos nada más conocerlo. Lo hacemos todo el año. En cuanto tenemos información al respecto, nuestras Fuerzas Armadas se movilizan para expulsarlos.

–Con la posible llegada del PP al Gobierno de España, es previsible un giro en la política exterior con Cuba, Venezuela y otros países del ALBA. ¿Temen que la sintonía que había hasta ahora con Moncloa se diluya?
–No creo que Repsol se vaya a ir de Ecuador porque llegue el PP al Gobierno. Ni Teléfonica. Ni las atuneras españolas... Hay un interés claro de los empresarios españoles en Ecuador. No creo que la llegada de un nuevo Gobierno pueda afectar a las inversiones.

–¿Prevén futuras fricciones diplomáticas?
–No lo creo, pero tal vez pensando en que eso pudiera ser una eventualidad hemos iniciado un diálogo con el PP para conocernos.

–¿Siguen pensando que la revuelta policial de hace un año, en la que el presidente Correa estuvo retenido y fue agredido, se trató de un Golpe de Estado orquestado?
–Claro que sí. Los amotinados, que no eran sólo policías, trataron de matar a Correa. Su vida corrió peligro. Los amotinados estaban armados, lanzaban gases lacrimógenos y disparaban, afortunadamente no siempre al cuerpo.

–Si fue una asonada, ¿quién estaba detrás?
–La investigación ha estado mal encaminada. Los juicios han ido por separado: uno por magnicidio, otro por el cierre de la Asamblea, otro por el cierre del aeropuerto... Al presidente lo vejaron, lo secuestraron, cerraron los aeropuertos. Nadie cierra un aeropuerto para aislar al país si no hay un Golpe ni se toma la Asamblea por la fuerza.

–¿Estaba al tanto la embajada americana?
–Prefiero no pronunciarme.

–¿Podría reproducirse esta situación?
–El riesgo de Golpe de Estado continúa.

–Pareciera que, sin unos culpables claros, la Prensa independiente ecuatoriana está pagando los platos rotos.
–El de la Prensa privada es otro tema. Algunos medios de Prensa nacional están desde hace bastante tiempo en una campaña de descrédito de nuestro Gobierno. Puede que coincidan las fechas, pero es independiente de quién urdió el Golpe.

–¿No le parece desproporcionada la sentencia de 40 millones de dólares y penas de cárcel para los propietarios del diario «El Universo» y el autor de la columna de opinión sobre el presidente Correa?
–Eso es una decisión de los jueces. No puedo pronunciarme.

–Pero es potestad del Gobierno que, con esa sentencia por un delito de opinión, no se cierre un diario.
–La responsabilidad del cierre de una empresa es de quien comete el delito no de quien ha resultado ofendido.

–Aun así es el Gobierno quien debe de evitar que 1.000 despidos.
–No te preocupes que esa gente no se va a ir a la calle. El presidente Correa, que es el injuriado, no puede ser responsable de que 1.000 personas pierdan su trabajo. No sé si los dueños de «El Universo» tendrán la plata o tendrán que cerrar. Si así fuera ya nos ocuparemos de buscarles alternativas.

–¿Habrá una amnistía a «El Universo»?
–No lo creo.

–Entonces, a los medios sólo les queda la autocensura ¿no cree?
–Si te das un brinco a Ecuador, después de una semana leyendo esos diarios pregúntate si se están autocensurando. Todo lo contrario.

–En cualquier caso, están teniendo mucho cuidado en decir según qué cosas.
–¡A buena hora que tengan cuidado de condenar mediáticamente a la gente! En Ecuador hay determinadas leyes, como en EE UU hay pena capital, y en los países árabes otras propias, y cuando vas allí tienes que cumplirlas. Una cosa es criticar al Gobierno y otra lanzar campañas llenas de mentiras. Lo que les arde es que antes con dos «periodicazos» se caía el Gobierno. Ahora, con campañas permanentes, no lo logran. Estaban acostumbrados a asediar, y masacrar a las personas. Han perdido el poder que tenían y la impunidad. Los dueños de los medios creían que un ángel venido del cielo les nombró garantes de la libertad de expresión. Todos somos dueños de esa libertad.