Estreno

«Balada triste de trompeta»: Payasos en la lavadora

Dirección y guión: Á. de la Iglesia Intérpretes: C. Areces, A. de la Torre, C. Bang, S. Segura. España-Francia, 2010. Duración: 105 minutos. Drama esperpéntico

«Balada triste de trompeta»: Payasos en la lavadora
«Balada triste de trompeta»: Payasos en la lavadoralarazon

Una regla básica del álgebra es aquella que dice que más por más es igual a más. El cine no es algebraico aunque a veces pretenda engañarnos con ecuaciones: diríamos que más por más es igual a demasiado. Buen adverbio para el esperpento, un género tan español que se le queda pequeño a la última película de De la Iglesia. Porque «Balada triste de trompeta» es España elevada a la n, como sugieren los créditos: una ametralladora de imágenes que resumen la historia de un exceso. Un ritual de desequilibrios que De La Iglesia materializa en un triángulo amoroso entre dos payasos deformes y una trapecista con tendencias masoquistas. Tres monstruos para una España monstruosa. Hasta aquí, la teoría. En la práctica, el problema es que De la Iglesia trabaja con ideas de personajes. Personajes encerrados en la caverna platónica, sin carne ni hueso. La gran paradoja es que protagonizan una película muy física, muy agresiva y muy impaciente. La idea contra el cuerpo, la abstracción contra la realidad descarnada y distorsionada. ¿Dónde está el drama? Imposible detectarlo, enterrado bajo toneladas de maquillaje, sangre falsa, golpes bajos. Huelga decir que De la Iglesia quiere que su película sea un funambulista, siempre colgando de un hilo. Pero, ¿para qué este clímax eterno, para qué tanto ruido? Sabemos que el tardofranquismo fue una «performance» violenta, pero necesitamos algo de corazón para que la resistencia de esta pasión enloquecida cale. Al contrario que «Muertos de risa», hermana gemela, «Balada» avanza a martillazos, machacando la mirada del espectador para no dejarle ver más allá de la grotesca superficie de una España que conocemos, y que nos da miedo sin que haya espejos de barraca de feria de por medio.