Crisis del PSOE
Las broncas socialistas
El síntoma más claro de lo que realmente sucede en el interior del PSOE y la convicción generalizada de la importante derrota que sufrirá Rubalcaba está en la sucesión de broncas. No hay un liderazgo, porque es sólo el candidato sin que esto vaya acompañado de la secretaría general del partido. Esto no impediría la derrota, pero le permitiría un mejor control del aparato. A estas alturas no es más que un miembro de la dirección que asume un liderazgo que no ha sido sancionado en un congreso o en unas auténticas primarias, porque se impidió que tuviera un rival que le hiciera sombra. Los liderazgos se forjan en las urnas o con unas expectativas positivas. Ni lo uno ni lo otro acompañan al candidato socialista que parece un boxeador noqueado o un corredor desfondado que sólo aspira acabar como pueda la carrera. Esta falta de convicción o seguridad se nota en las propuestas que hace que provocan un manifiesto desinterés. ¿A quién le interesa el programa de un candidato perdedor?
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