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ANÁLISIS: Más hermético por Margaret E Kosal

La Razón
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– Después de la muerte de Kim Jong Il, ¿se volverá el país más abierto o se caminará hacia algo incluso peor?
–No veo nada que sugiera que el país vuelva a ser más abierto; en este punto es algo realmente incierto. Además, hay demasiadas incertidumbres de cara a la política doméstica dentro de Corea del Norte, hay muchos jugadores externos, EE UU, Corea del Sur, Japón y China. Si brotara una batalla significativa por el poder entre Kim Jong Un y las otras élites gobernantes, podría desencadenarse una situación mucho peor.

–¿Cuál es el principal temor?
–Mi mayor preocupación es sobre el control de las armas nucleares y el material fisible. Nadie sabe quién tiene la orden y el control de las armas nucleares. Si se produce una lucha entre Kim Jong Un y el resto de las élites va a ser, si no la única, la cuestión más importante.

– ¿Qué pasará en las fronteras? ¿Va a ser más fácil entrar para la Prensa internacional, los observadores nucleares o incluso para los turistas?
–Inicialmente, no. Todos los extranjeros han recibido órdenes o recomendaciones para que se vayan. Mi opinión es que a corto plazo la entrada a Corea del Norte va a estar mucho más restringida.

–¿Y los refugiados? ¿Bajo qué circunstancias volverán a Corea del Norte?
–No veo ninguna situación a medio plazo en la que los refugiados puedan volver a Corea del Norte.

–¿Qué país cree que le sacará más partido a la nueva situación?
–No pienso que ningún país pueda sacar beneficio. Desgraciadamente, preveo que los norcoreanos continuarán exprimidos frente al duro régimen y continuarán sufriendo tanto a corto como a medio plazo.

 

Margaret E. Kosal
Georgia Institute of Technology