Música

Berlín

Lou Reed con Metallica de fondo

Reed con los componentes de Metallica
Reed con los componentes de Metallicalarazon

Suena extraño, pero es una realidad el binomio tan especial que han formado Lou Reed, líder del mítico Velvet Underground, y los chicos malos del rock, Metallica, unidos en una nueva aventura musical que verá la luz el próximo lunes. La colaboración es dispar de por sí, pero lo más complejo del proyecto resulta la conexión entre la composición que firma Reed de los diez temas del disco a los que se une la banda sonora de la poderosa Metallica y que se gestó inicialmente para crear una producción de teatro en Berlín. Basado en las obras del escultor y precursor del expresionismo, el alemán Frank Wedekind, «Lulú», nombre que da título al álbum, es un viaje a la interpretación de las obras «Erdgeist» («El Espíritu de la tierra») y «Dië Buchse der Pandora («La caja de Pandora») en las que Wedekind relataba los terribles sucesos que vivió una joven bailarina que tras ser violada y maltratada se convierte en prostituta.

Canciones de once minutos
El resultado del trabajo, grabado en los estudios HQ de California, es un álbum que tiene todas las cualidades para salirse de la norma. Las canciones son muy diferentes entre sí y el sonido que resulta se podría dividir en dos ambientes: en el primero están las bases instrumentales de Metallica, que salvan gran parte del trabajo del disco, y en un segundo estadio, las melodías y partes vocales de Reed, que quizá se queden cortas y no acaben de casar muy bien con la dureza de James Hetfield.

Las canciones son bastante largas y van desde los ocho u once minutos de duración hasta los diecinueve. El primer sencillo, «The View» puede definir a la perfección esta colaboración tan dispar. Un inicio al estilo Metallica, con guitarras y bases poderosas que se interrumpen con la poesía oscura y abstracta de Reed, que se funde de nuevo con una base instrumental que lleva hasta el fin de la canción.

La prestigiosa publicación «Mojo» presentó la aventura como un «Choque entre dioses»: si bien saben que el sonido había quedado un punto frío, reconoce que los experimentos musicales siempre conllevan su parte de riesgo. En este caso, el disco es muy poco convencional, tal y como definió Kirk Hamlet para la misma revista, aunque temas como «Frustation» o «Little dogs» dejan ver lo mejor de la unión de estos grandes de la música. Otros como «Pumping Blood» o «Cheat on Me» plasman la aventura de unir estilos dispares en los que el magnetismo del artista de la Velvet ensombrece y deja pequeño a Metallica.

 

Extraños amigos
Colaboraciones curiosas han dado dispares resultados a lo largo de la historia de la música. Una gran fusión fue la que realizaron Pet Shop Boys junto con el camaleónico David Bowie en «Hallo Spaceboy», donde la electrónica daba un paso al frente de la mano de la interpretación. Inolvidable fue la colaboración entre Freddy Mercury y Montserrat Caballé, con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.
Kanye West y el dúo Daft Punk demostraron en el tema «Stronger» hasta dónde podían llegar. Mucho más reciente es la que tiene como protagonistas a los recién editados Coldplay con Rihanna.