Reino Unido

Rubalcaba reivindica a Keynes para estimular el empleo con dinero público

Decepción en las filas del PSOE. No es para menos. El candidato Rubalcaba había convocado a diputados y senadores para desvelarles el documento marco de su programa político, y lo más que escucharon fue una reedición de las líneas generales que ya esbozara el pasado 9 de julio en su primer discurso tras ser proclamado cabeza de lista

Alfredo Pérez Rubalcaba, ayer con los diputados y senadores del PSOE
Alfredo Pérez Rubalcaba, ayer con los diputados y senadores del PSOElarazon

Lo mismo hizo con la Ejecutiva Federal. Ni a unos ni a otros facilitó el documento marco para el que les había convocado. Les llegará a todos el próximo día 10 cuando se distribuya a todas las federaciones para que presenten sus enmiendas y aportaciones. Tan sólo a los miembros de la dirección federal les entregó un genérico resumen ejecutivo «que no aporta nada nuevo», según palabras de algunos de sus miembros.

Ni una propuesta más allá del ya anunciado impuesto para ricos (patrimonio y banca), el MIR educativo o la reforma electoral a la alemana, pero sí una llamada a los ciudadanos a que huyan del «ilusionismo» programático de quienes aseguran que es posible bajar impuestos y mantener las prestaciones sociales. El suyo, dijo, será un programa financiable y respetuoso con la estabilidad presupuestaria. Y es que en las actuales circunstancias los ciudadanos tienen que saber de dónde piensan los políticos sacar los recursos para sufragar lo que prometen. En aplicación de esta premisa y consciente de que faltan recursos para la Sanidad, comprometió un foro específico de debate del que salga un nuevo modelo de financiación que evite el copago y cualquier forma de «pseudoprivatización», pero preserve la gratuidad y la universalidad.

No es habitual que Rubalcaba cargue contra el PP en sus intervenciones desde que es candidato, pero ayer sí quiso alertar contra aquellos que pretenden salir de la crisis con las recetas de los noventa, que son los defensores de una «burbuja ideológica» según la cual la política tiene que estar al servicio de la economía y todo se basa en la desregulación. Frente a ello, abogó por soluciones políticas compartidas con la Unión Europea, para que el BCE deje de ser sólo «el guardián de la política monetaria» y se preocupe también por el crecimiento, y haya mecanismos para defender la moneda común, como los eurobonos o una agencia de calificación europea. El empleo será, como no podía ser de otro modo, el eje central de su programa y ya avanzó que lo abordará desde cuatro perspectivas: una legislación que dé seguridad a los trabajadores y flexibilidad a las empresas; planes concretos para colectivos específicos, programas de estímulo para once sectores determinados (desde la biotecnología y las energías renovables hasta hostelería y turismo) y un plan para emprendedores y pymes. Y es que Rubalcaba se declaró un «keynesiano laboral», por lo que abogó por estimular el empleo con recursos públicos, obtenidos del impuesto sobre los grandes patrimonios y sobre los beneficios bancarios, algo que existe ya en Reino Unido, Alemania y Suecia.

Y si el empleo será la base sobre la que pivotará su programa, la reforma energética pendiente estará entre sus prioridades. En los próximos días, el PSOE celebrará un foro específico en esta materia para debatir cómo potenciar las renovables, aumentar el ahorro y la eficiencia, y cerrar «paulatinamente» las nucleares. Lo dicho: nada que no hubiera dicho en anteriores intervenciones. Sólo un ejercicio de realismo: «Nunca he dicho esa frase de vamos a ganar. Tengo claro que vamos a ganar en esfuerzo, rigor y trabajo».