Caso Malaya

Los técnicos reiteran que el parking de Monforte no requería informe

El TSJ valenciano celebró ayer la primera sesión del juicio por prevaricación en el parking de Monforte.

Juan Cansañ, Juan Antonio Altés, Jorge Bellver, María José Gasull y Pedro García Rabasa, ayer en el TSJ
Juan Cansañ, Juan Antonio Altés, Jorge Bellver, María José Gasull y Pedro García Rabasa, ayer en el TSJlarazon

VALENCIA- La Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia celebró ayer la primera sesión del juicio que se sigue contra el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia y diputado, Jorge Bellver, y cuatro técnicos municipales.
Salvo el edil, que se ciñó a la circunstancia de que él firmaba lo que los técnicos, el secretario del Ayuntamiento y su asesor habían informado favorablemente; el resto de imputados reiteraron que bajo su consideración, el parking subterráneo de la calle Severo Ochoa, lindante en el subsuelo con la parcela que ocupan los jardines de Monforte no requería de ninguna autorización de la Conselleria de Cultura al no afectar al entorno BIC de los jardines «por estar por debajo de rasante, es decir en el subsuelo».
Así lo explicaron por activa y por pasiva el secretario municipal, el jefe del servicio de Transportes, la aparejadora municipal y el jefe de planeamiento.
«El entorno de un BIC no está protegido, está reservado, y requiere informe de Cultura cuando la obra pueda afectar visualmente al entorno», explicó Juan Antonio Altés, jefe del Servicio de Planeamiento.
De este modo, y a reiteradas preguntas del fiscal, explicó por qué sí se pidió este informe cuando la Clínica Quirón solicitó licencia para construir un edificio en su parcela, así como cuando pidió instalar una antena en su azotea. «Ambas cosas afectaban visualmente tanto a los jardines como al palacete próximo».
Además, los técnicos coincidieron en las relaciones excelentes que tienen con la Conselleria de Cultura y como se trabaja cada día codo con codo, «como en el aparcamiento subterráneo de la calle del Hospital».
El fiscal, una vez los imputados negaron en todo momento estar «confabulados» con el edil Bellver para perpetrar la prevaricación, que es el delito que se pretende dilucidar y no otro, se centró en si se debía pedir el informe o no, y la reiteración de los interrogatorios le hizo cometer algunos «resbalones» como la pregunta al secretario del Ayuntamiento de por qué sabía que el parking era «bajo rasante»: «porque era subterráneo», contestó Rabasa sorprendido.
O cuando preguntó por qué no se pidió licencia para el aparcamiento, requisito innecesario al ser una obra que aprueba y encarga el propio Ayuntamiento.
Como anécdota, destaca el veterano Juan Altés quien en alusión a la presión que pueden ejercer los políticos, explicó que «yo ya he visto tres alcaldes con Franco, y todos los de la democracia».