Brasil
A qué espera el fiscal
Entiendo que el fiscal general del Estado, el señor Conde Pumpido, se encuentre muy ocupado organizando cacerías internas y persiguiendo a los fiscales que no comulgan con la causa socialista. Pero lo que no comprendo nada es su pasividad ante casos tan flagrantes como el del presunto proetarra Alfonso Sastre, que se permite alertarnos a todos anunciándonos más dolor si no se hace lo que quiere Eta. Eso, aquí y en Brasil, se llama amenaza. Y en algunos sitios amenaza terrorista.El problema es que nuestro fiscal jefe está demasiado ocupado con el pasteleo judicial y el futuro de su carrera personal en la Magistratura, y no puede el hombre perder el tiempo en los asuntos que interesan de verdad a los ciudadanos. Una pena, pues no es éste un tema baladí, sino más bien grave, en el que el Ministerio Público debería ya haber intervenido, aunque al final los tribunales tumbaran sus planteamientos.El deber es el deber, sirva o no para nada. Pero ya sabemos que Conde Pumpido sólo está para lo que le diga Zeta, amén de para eliminar del mapa a profesionales serios como Fungairiño y Gordillo. Todo lo demás le viene largo. Más aún, le molesta sobremanera. Aunque se trate de amenazas terroristas proferidas por, en palabras sabias de Santi González, un «tipejo miserable» erigido ahora en portavoz oficioso de Eta y sus entornos apologéticos.
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