Historia

Navarra

Aerogigantes por Ramón Tamames

Ramón Tamames/ Catedrático de Estructura Económica/ Miembro del Club de Roma
Ramón Tamames/ Catedrático de Estructura Económica/ Miembro del Club de Romalarazon

Siempre que se habla de molinos con alguna pretensión más o menos petulante, acaba evocándose a Don Quijote en el célebre episodio de su creencia de que eran seres agigantados. En esa dirección, si hoy nuestro Manco de Lepanto volviera a escribir la historia a que nos referimos, se lo pensaría muy mucho, porque ya los molinos no son los modestos ingenios que entonces existían en La Mancha, para, remedando a los de Flandes, atender las necesidades de la molienda del cereal en una época de sequías que había arruinado anteriores sistemas de molinería hidráulica.
Las aerotorres de ahora sí son auténticos gigantes, algunas de casi cien metros de altura, que, impulsadas por el viento, están llegando a potencias instaladas, se dice, superiores a diez megavatios, como sucede, por ejemplo, en los estrechos escandinavos.
Inconvenientes también los tienen nuestros actuales aerogigantes: no seducen doncellas, ni atacan perversamente a viajeros. Pero sí trastocan los paisajes y son un peligro para la avifauna, que ha adquirido, por obra y gracia de los ecologistas, una relevancia singular. Tanto es así que en algunos lugares, como Navarra dentro de España, en las épocas en que las bandadas de palomas torcaces cruzan los altos del Pirineo se hace la parada ecológica de los aerogeneradores; para que los migrantes que llevan muchos millones de años haciendo su recorrido de nómadas anuales puedan continuar en sus itinerarios de altura.
Esos mismos ecologistas que saludaron con entusiasmo las primeras implantaciones de parques eólicos, hoy los miran cada vez más inquietos por los traumas paisajísticos, y por las amenazas comentadas en contra de los muchos especímenes que volando atraviesan los cielos. Aparte de ello, económicamente, la energía eólica tiene unos límites cada vez más acotados.
¿Estamos ante una reversión, por lo menos en los países ya en alto grado de desarrollo eólico? En momentos en que la energía nuclear parece entrar en un nuevo renacimiento, los dioses Eolo y Helios, podrían padecer sus consecuencias.