Teherán

Ahmadineyad cede a la línea dura de los ayatolás

Insinuar que los iraníes son amigos de Israel le ha costado el cargo al consuegro del presidente Ahmadineyad.

El imam del sermón oficial del viernes de Teherán, el ayatolá Ahmad Jatami, se pronuncia en Teherán, Irán
El imam del sermón oficial del viernes de Teherán, el ayatolá Ahmad Jatami, se pronuncia en Teherán, Iránlarazon

EL CAIRO- El horizonte de Irán pinta cada vez más negro. No sólo por su futuro incierto, sino porque en el nuevo Gobierno del reelegido Mahmud Ahmadineyad se impondrá la línea más dura. Por si a alguien aún le quedaban esperanzas de cambio, la decisión del gran ayatolá de destituir al vicepresidente primero, Esfandiar Rahim Mashai, socavó todo optimismo. En una misiva dirigida al presidente iraní, Jamenei ordenó a éste que destituyera a su consuegro y compañero de pupitre al considerar que su nombramiento «es contrario a su interés y al del Gobierno y provocará la división y la frustración entre sus seguidores». Ahmadineyad levantó la ira de los más conservadores al haber designado a Rahim Mashai como segundo de su Ejecutivo. Las polémicas declaraciones del consuegro de Ahmadineyad, quien calificó al pueblo israelí como «amigo de Irán», provocaron el año pasado la reacción de los destacados clérigos de Qom, que pidieron su dimisión. Pese a ello, el presidente iraní le defendió y respaldó, desoyendo las peticiones de los ultraortodoxos. El nombramiento de Rahim Mashai abrió la primera crisis en el nuevo Gobierno y tras dos semanas de tensas relaciones, Ahmadineyad tuvo que ceder a las presiones de la «fracción de los clérigos» del maylis (el Parlamento islámico de Irán) y acatar la orden del líder supremo. «Hemos pedido a conciencia dar marcha atrás en el nombramiento del vicepresidente primero», indicó Ahmad Jatami, un miembro de la Asamblea de Expertos, en el sermón del viernes. «Ahora que el líder ha expresado su opinión, no tiene que haber dudas», insistió el religioso ultraconservador. También la más alta instancia de arbitraje político en Irán, el Consejo del Discernimiento, dirigido por el ex presidente reformista, Akbar Hachemi Rafsanyani, exhortó al presidente iraní a no sembrar la discordia en el seno de su Gobierno, al insistir en mantener en el cargo a Rahim Mashai.«Pedimos a Ahmadineyad que evite emplear a individuos que pueden afectar la unidad del Gobierno», declaró el órgano, que a su vez pidió a Rafsayani que aclare su lealtad a la autoridad suprema y al sistema, y que se «esfuerce para que la oposición fracase». A las divergencias dentro del seno del Gobierno iraní se suman nuevas denuncias de los principales candidatos opositores que exigen la liberación inmediata de todos los manifestantes detenidos durante los disturbios que siguieron a las elecciones presidenciales del 12 de junio. En un comunicado, firmado también por el ex presidente Mohamed Jatami, expresan su preocupación por la salud mental y física de los arrestados. Mucho más lejos llegó el candidato derrotado en las presidenciales, Medí Karoubi, que comparó los métodos que emplea el servicio de Inteligencia iraní con la forma de actuar del Gobierno de Israel frente a los palestinos.