Almería
Alertan de que sólo queda un 4% de territorio marino virgen en el planeta
Recorrer 12.000 millas náuticas a una velocidad de bicicleta (10 nudos, unos 18 km/h), durante seis meses. La percepción de la velocidad cambia cuando uno está en la mar. Lo mismo sucede con filmar y hacer fotografías. La dificultad es distinta. Sin embargo, es el único modo de documentar la biodiversidad marina, aún en muchos casos desconocida, así como los cambios de vértigo que se producen en estos ecosistemas, antes de que desaparezcan. Con este fin, la organización conservacionista Oceana, se echó a la mar a bordo del Oceana Ranger, un catamarán. Tras seis meses de travesía, la expedición transoceánica ha dado sus frutos. El libro «12.000 millas en defensa de los mares» -escrito por José Peñalver y presentado el jueves-, 7.000 fotografías y 100 horas de metraje. Pero estos son sólo datos, lo importante es lo que hay detrás de ese esfuerzo. Prueba de ello es que Oceana ha logrado grabar las chimeneas hidrotermales de los montes del Banco de Gorringe, jamás filmadas. Allí, a 170 millas de la costa portuguesa, la brava mar ha protegido un paraíso submarino hoy prácticamente virgen. «Sólo queda un cuatro por ciento de zonas vírgenes en el planeta, según un estudio publicado recientemente», recuerda Ricardo Aguilar, director de Investigación y Proyecto de Oceana en Europa. «Pero quedan aún enclaves que por su propio entorno (zonas rocosas de difícil acceso) están en muy buen estado de conservación como el Banco de Gorringe, donde incluso van a pescar pequeñas flotas, sobre todo portuguesas, los campos de esponja en Baleares, las gorgonias en Murcia, las esponjas carnívoras en Almería, etcétera», añade. Lo llamativo del Banco de Gorringe es que, a pesar de su ubicación, es, según Aguilar, «un ecosistema más parecido al del Alborán (la parte más occidental del Mediterráneo), que al Atlántico». Pero este semiparaíso aguarda más secretos. Así, Oceana ha descubierto allí «gorgonias rojas, una especie que se consideraba exclusiva del Mediterráneo», asegura Aguilar. Pero la expedición ha dado tiempo a mucho más, 315 páginas de belleza submarina, golpeada en demasiadas ocasiones por la mano humana.
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