Zaragoza
Así fue el encuentro fatal de María con su verdugo
Madrid- Las primeras hipótesis de reconstrucción de los hechos apunta a que Larquin Rodríguez regresó a su habitación en la calle Pico Cejo, en el barrio de Vallecas después de una noche de juerga y que cuando entró en la casa se dirigió hacia donde la pequeña dormía, vestida con ropa de cama (un tanga y un camisón) y se abalanzó sobre ella, probablemente con la intención de forzarla sexualmente. Ésta se habría resistido a sus intentos, comenzando una pelea que fue a más y en algún momento de la cual Larquin perdió definitivamente la cabeza y empuño el cuchillo con el que terminó matándola de una puntada en la parte izquierda del tórax, mortal de necesidad. Tuvo que haber un lapso entre el inicio y el final de la agresión en el que la niña tuvo tiempo para marcar los números de su madre y su padrastro, ya que la familia afirma que hizo dos llamadas que, desgraciadamente, no fueron atendidas. «Los gritos oídos por los vecinos de «déjame, déjame» dan testimonio del desesperado intento de María Mercedes de quitarse de encima a su verdugo. Tras el asesinato, Larquin todavía entraría una vez más en la estancia, como atestiguó una vecina que salió a ver que sucedía alertada por los gritos. Regresó para recuperar «algo» que había dejado allí. No se sabe lo que era, pero podría bien ser el arma del crimen. Posteriormente, huyó a cara descubierta calle arriba y viajó a Zaragoza, quizá en el AVE, ya que se entregó en una comisaría cercana a la estación Que el asesino estuviera o no bajo el influjo de alcohol o drogas es ya más difícil de demostrar ya que en la casa sólo estaban él y la víctima.
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