Yemen
Berlín cree que los rehenes aún están con vida
Yemen ofrece una recompensa para capturar al grupo terrorista
La crisis de los extranjeros raptados en Yemen continuaba ayer en plena incertidumbre, sin que se supiera el destino de la familia de alemanes –padres y tres hijos de 3 y 4 años y 11 meses– y un ingeniero británico, raptados el viernes en la región de Saada. La canciller Angela Merkel condenó la muerte de dos enfermeras de su país y de una profesora surcoreana y aseguró que se volcaron los máximos esfuerzos. «Estamos haciendo cuanto está en nuestras manos por saber del destino del resto de los rehenes», dijo Merkel. En tanto, Yemen anunció una recompensa de 18.000 euros para quien pueda aportar datos de los captores.
La sombra de Al Qaida, y sus largas ramificaciones en África, parece estar detrás de esta historia, aunque ni las autoridades ni la propia red terrorista han emitido comunicado alguno como para atribuir una autoría. El ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, dijo que partía de la base de que las seis víctimas que todavía no aparecieron están «capturadas y en manos de un grupo armado».
Con el paso del tiempo, comienza a conocerse la historia de quienes ya se supo su fatal destino. Anita G. y Rita S., identificadas así por los medios alemanes, eran dos estudiantes de 24 y 25 años de una escuela bíblica del estado de Baja Sajonia que habían pedido hacer sus prácticas como enfermeras en Yemen, con la ONG Worldwide Service. Junto a ellas apareció el cuerpo de Lehrerin Young-Sun I, una profesora de 34 años, que también colaboraba con la organización en el hospital de Saada. Sus cuerpos tenían impactos de bala y heridas de arma blanca. El canciller surcoreano, Choe Jong-hyun, indicó que no puede contener su «ira y conmoción» por los asesinatos.
Ayer nadie confirmó una de las tantas versiones que circularon sobre el caso: la aparición con vida de las dos hermanitas mayores de la familia alemana. Sus padres, el técnico Johannes H., de 36 años, y Sabine H., también enfermera, habían salido de picnic con ellas, junto al menor de la familia, un bebé de 11 meses identificado como Simon. Junto a ellos estaba un ingeniero británico, de 45 años y aún no identificado, y las tres mujeres asesinadas.
Yemen, el estado árabe más pobre, con conflictos en el sur y en el norte y con una creciente militancia de Al Qaida, ofreció una recompensa de 5 millones de riales (18.000 euros) para quien ayude a capturar a los autores. «Las fuerzas de seguridad continuarán buscando al grupo terrorista y lo llevarán a la justicia», prometió el ministro yemení de Exteriores, Abubakr al-Qirbi.
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