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«Brancaccio» la viñeta no teme a la mafia

Di Gregorio (izqda.) y Stassi (dcha.), ayer en Barcelona (1). Una página de «Brancaccio» (2)
Di Gregorio (izqda.) y Stassi (dcha.), ayer en Barcelona (1). Una página de «Brancaccio» (2)larazon

La mafia empieza a ser casi un género literario en sí mismo. Después de años de idealización romántica vía Al Capone y el Chicago de los años 20 o versiones «cartoon» como el Tony Montana de Al Pacino en «El precio del poder», figura reivindicada incluso por raperos como modelo a seguir, desde Italia ha surgido un movimiento del «basta ya». Tras el golpe de efecto de «Gomorra», de Roberto Saviano, libro-denuncia que le ha valido a su autor tener que vivir bajo protección policial, ahora nos llega «Brancaccio. Una historia de la mafia cotidiana» (publicado en España por Norma editorial), de Giovanni di Gregorio (guión) y Claudio Stassi (dibujo), la misma denuncia pero en versión viñeta.Invitados al Salon Internacional del Cómic de Barcelona, Di Gregorio y Stassi reconocen su trabajo –el título es el nombre de un barrio de Palermo, su ciudad– como algo «pedagógico», es decir, hay que enseñar de una vez la bajeza y perversidad de un sistema criminal que hunde a toda una sociedad en la miseria. «Se suele ver el tema con "glamour". Nosotros queríamos que la gente viera lo que pasaba en su barrio. Por eso, no mostramos acciones violentas, queríamos quitarle cualquier espectáculo al tema, mostrar sólo sus horribles consecuencias», señala Stassi.Sin superhéroesLos dibujos también escapan de cualquier retórica o manierismo. En un blanco y negro sucio, con el feísmo de los personajes como único efecto expresivo, los autores nos explican el reflejo de los actos mafiosos en todos los gestos de la vida cotidiana y cómo pueden convertirla en un auténtico infierno: «Queríamos conectar con la gente. No hay superhéroes. Hay que hacer algo para cambiar la perspectiva del lado mafioso. Y lo mejor para hacerles ver el drama es acabar con la idea del mafioso que tiene la gente en la cabeza», señala Di Gregorio.Lo peor de este drama es que la gente lo vive como «lo normal», aseguran. «Hay bastante corrupción y nadie cree ya que pueda ser de otra manera. Es un círculo vicioso. El cómic puede explicar este drama. No existe limitación técnica y el mensaje entra directo», dice Stassi.Ellos no necesitan la misma protección policial que Saviano, pero reconocen en Italia a una nueva generación de emigrantes, gente joven que no tiene más remedio que marcharse para poder vivir, y en parte es consecuencia indirecta del poder de la mafia que pudre todo el sistema. «Tenemos el nivel de emigración más alto en mucho tiempo. Italia no deja de perder jóvenes. El problema no es la mafia en sí, sino toda la porquería que genera».