Bruselas
Bruselas defiende la enseñanza por sexos dentro de la diversidad educativa
BRUSELAS- Europa es lo suficientemente amplia para que todos los modelos educativos tengan cabida. Ésta es, para la Comisión Europea, su riqueza, en la que cada estudiante debería encontrar el respaldo público en el tortuoso camino de la formación personal. Un discurso generoso en el que chirría la actitud del Gobierno regional de Cantabria, y la retirada de fondos a un colegio de educación diferenciada por sexos. «La diversidad es nuestra definición de riqueza. Lo que intentamos impulsar es una aproximación equilibrada, donde los diferentes sistemas puedan no sólo convivir sino desarrollarse», defiende el comisario de Educación, Ján Figel, en una conversación con LA RAZÓN. «No estamos en contra de la educación diferenciada», sentencia el eslovaco, para quien «Europa es un mosaico en educación y en cultura». Contra el modelo único A pesar de que Bruselas tiene las manos atadas en las competencias educativas, Figel no recula en el momento de ponerse al frente de la defensa de un sistema en el que todos los planteamientos educativos tengan cabida. «No estamos imponiendo un modelo, no queremos establecer un sistema único», indica. El comisario es prudente a la hora de analizar los males que arrastra cada Estado miembro, teniendo siempre en mente el principio de subsidiariedad. «La organización de la educación y de los contenidos es competencia nacional, e incluso regional en algunos países, incluyendo la provisión de fondos. No interferimos», avisa. Sin embargo, no deja pasar la oportunidad para dar su opinión y, a través del modelo eslovaco, erguirse ante la necesidad de que cada alumno cuente con el respaldo de las arcas públicas sin importar a qué escuela vayan. «En casos como el de Eslovaquia, la asignación de fondos es per cápita», cuenta. «No importa a qué escuela acuden los estudiantes, si es pública, privada o de la Iglesia. Todos los niños tienen derecho a una contribución por parte del Estado», añade. El discurso del responsable comunitario de Educación, Formación, Cultura y Juventud está en la línea con la posición del Parlamento Europeo, que reconoció la diferenciación por sexos en un informe aprobado el 1 de abril. Por otro lado, Suecia ha encargado a Eurydice, el observatorio europeo de la educación, un estudio sobre el impacto de los géneros en la enseñanza, en el que una de las dos partes se centrará en la educación por sexos. Según explica la responsable del trabajo, Bernadette Forsthuber, el motivo de este estudio es «la preocupación por que las chicas obtienen mejores resultados que los varones, sobre todo en lectura, matemáticas y ciencia». El observatorio europeo ha pedido a los Estados miembros que indiquen qué porcentaje del sistema educativo nacional está dedicado a la educación diferenciada, si existen centros públicos que diferencien por sexos y si cuentan con datos estadísticos nacionales relacionados con este esquema de enseñanza.
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