Francia
Carla y Sarko
No doy crédito a la polvareda mediática provocada por el matrimonio de Sarkozy y Bruni. Entiendo que es el presidente de la República de Francia; entiendo que ella es famosa desde hace incluso más tiempo que él; entiendo que son personajes susceptibles de ser comentados. Lo que no es comprensible es que salgan ahora los oportunistas lanzando noticias como que ocho días antes de la boda el novio le mandó un sms a su ex Cecilia diciéndole «si vuelves, cancelo todo». ¿Quién lo ha visto para aseverarlo como cierto? Luego está el oportunismo editorial del librito-basura, escrito en cinco minutos, que pretende rastrear la vida de la novia y su itinerario sentimental, donde se explica cómo se conocieron y cómo la bella Carla rechazó la invitación de él a tomar una copa en su casa, o sea, en el palacio del Elíseo, después de una cena con amigos comunes, ya que, al parecer, ella nunca accede a determinadas proposiciones el primer día. Claro, los autores estaban presentes, tomando notas, y ahora transcriben las conversaciones.
La frase que le atribuyen a la Bruni tampoco tiene desperdicio: «quiero un hombre con poder nuclear». ¡Hala! ¿Y eso qué quiere decir? Pero no queda ahí la cosa: están ya a puntito de salir otros dos librillos, titulados «Crónica de una relación peligrosa» y «La reina de corazones», este último muy original, como pueden ver. También se ha dicho que está embarazada de tres meses. Pues, de ser cierto, ha debido ser cinco minutos después de conocerse. Estamos en la era de la comida-basura, los programas-basura y los libros-basura, y eso es algo que nadie puede evitar, ahora bien, quienes consumen estos productos se convierten igualmente en basura, puesto que el paladar y el intelecto se les embrutece. Allá cada cual, pero así nunca acabaremos con el tráfico de vísceras.
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