Investigación científica
Células madre para reconstruir una cara
Sentir, desde muy temprana edad, desde niño, cómo la cara va
desgastándose, cómo los ojos y el pelo cambian, y hasta padecer dolor de
cabeza y problema neurológicos, es duro. Y más, cuando se desconoce el
origen de esta enfermedad, catalogada como rara, que consume los tejidos
blandos de la cara. Sin embargo, una pionera técnica aplicada con éxito
por el Hospital Vall d'Hebron y que utiliza células madre, ha dado
nuevas esperanzas a los afectados por el síndrome Parry-Romberg.
El equipo del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados de este centro
sanitario presentó ayer dos casos en los que, mediante la reinyección de
tejidos adiposos de los enfermos, han reconstruido su cara. Dos niños,
de trece y catorce años, han sido los primeros pacientes en beneficiarse
de esta nueva técnica, empleada por primera vez en Europa en este tipo
de cirugía.
La primera fase del tratamiento consiste en hacer punciones milimétricas
en el abdomen para extraer grasa, como si de «una liposucción
convencional» se tratase, apuntó la doctora, Elena Arana. El siguiente
paso se basa en extraer células madre para, posteriormente, mezclarlas
con tejido adiposo. Finalmente, el material obtenido se implanta en la
cara de los pacientes.
Hasta ahora, este tipo de deformidades era tratada con implantes,
microcirugías y trasplantes de tejidos cuyas secuelas se manifestaban en
forma de cicatrices o déficits funcionales. La nueva técnica permite
minimizar, además, los efectos secundarios y las complicaciones. Tras
los buenos resultados, los especialistas de Vall d'Hebron ya se plantean
aplicar esta técnica en otras zonas del cuerpo.
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