Chaves abre el melón de la financiación con un regalo a Montilla

Tras unos preámbulos marcados por la tensión y las declaraciones admonitorias, Chaves y Montilla se reunieron ayer por primera vez para desatascar el espinoso asunto de la financiación, aplazado en sucesivas ocasiones pese a las promesas de Zapatero. Tal vez para suavizar las negociaciones, el nuevo vicepresidente, que en apenas unas semanas ha pasado de pedir dinero al Estado a convertirse en su administrador, se ha presentado como el mensajero de las buenas noticias. Así, habrá financiación más generosa para Cataluña antes de que termine mayo; las competencias sobre Cercanías serán transferidas antes del verano; y la gestión del Prat tendrá en cuenta los deseos de la Generalitat. Como guinda del pastel, Chaves se declaró ferviente defensor del Estatut catalán, «un texto que es plenamente constitucional», opinión sorprendente en vísperas de que el Tribunal Constitucional dé su veredicto tras dos años de estudio. Es comprensible que Chaves se deshaga en zalamerías con Montilla, pues es mucho lo que se juegan ambos gobiernos en el envite. Pero no es aceptable que se olvide de cuando, hace bien poco tiempo, exigía una financiación y un trato homogéneo para todas las autonomías, y justifique ahora la bilateralidad y la diferenciación con Cataluña. No es la mejor manera de empezar.