Caracas
«Chávez pone y quita jueces a capricho»
A la jueza venezolana Yuri López, de 38 años, todavía le cambia la voz cuando explica a LA RAZÓN porqué se le terminaron los motivos para seguir plantándole cara al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, desde su tribunal en Caracas. Fue el 11 de diciembre de 2007, el día en que dos hombres se presentaron en el colegio de su hijo de 11 años para recogerle a la salida del centro escolar. «Ese día, me dije que ya no podía ser. Tocaron lo más valioso que tengo en la vida. Me entró una gran crisis. El 30 de diciembre de 2007 (mi marido, los dos niños y yo) volamos para Miami», relata López.
Atrás dejó su carrera de 17 años en el área judicial. Empezó como pasante. «Estudiaba y trabajaba a la vez. Mi madre es abogada. Y yo iba mucho a su despacho. Desde muy pequeña, me puse a leer la Constitución y los códigos penales. Siempre me gustó el área judicial», remata. Hoy, sonríe con cierta amargura cuando admite que el sistema judicial ha «involucionado».
«Hemos visto muchas irregularidades. No hay límites. No hay autonomía. No hay independencia. Los jueces se ponen y se quitan a capricho», subraya. López no recuerda cuál fue su primer caso. «He tenido muchos», admite, mientras intenta recordar. Sí, le viene a la memoria la primera vez que empezó a sentir presiones del gobierno de Chávez a consecuencia de un expediente. «Fue cuando condené a un chavista que trató de detonar una bomba en el Edificio Nacional. Lo sentencié en 2002. Pero luego Chávez lo indultó. Entonces, recibí presiones. Pero lo que me salvó fue que tenía que guardar reposo por mi embarazo y me tuve que marchar (durante un tiempo del tribunal)», admite López. Su último enfrentamiento comenzó cuando abrió el expediente en 2007 de Eligio Cedeño, un empresario venezolano que había presentado una querella en contra de dos funcionarios de la Fiscalía General de la República. Cedeño está actualmente en la cárcel, acusado de delitos tributarios, contrabando y desviación de fondos. Sus representantes legales aseguran que su detención se debe a que prestó apoyo al líder de la oposición Carlos Ortega, que se encuentra bajo asilo en Perú.
López recuerda que días antes de que tomase una decisión sobre ese litigio recibió presiones de funcionarios del Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General y diferentes letrados. Entonces, le pidieron que dijese que «me había puesto enferma o pidiera vacaciones, pero no que no tomase una decisión para que lo hiciese otro en mi lugar». Después, vino el intento de secuestro de su hijo mayor, que actualmente tiene 13 años. Inmediatamente, la jueza decidió marcharse a Estados Unidos con su familia.
Yuri López vive con su marido y sus dos hijos en Miami, bajo régimen de asilo. Ahora colabora con la página web www.vetu.tv, que denuncia las irregularidades de Chávez. No puede volver a su país hasta que no se termine el gobierno del «boliviariano».
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