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China es la clave para frenar a Kim

Corea lanza tres misiles de corto alcance en menos de 24 horasDescargue el gráfico descriptivo del poder nuclear mundial

China es la clave para frenar a Kim
China es la clave para frenar a Kimlarazon

El rechazo es unánime. Por primera vez desde que Corea del Norte iniciara su programa nuclear hace ya cuatro décadas, los pesos pesados de Naciones Unidas parecen estar de acuerdo en que es necesario plantarle cara a Kim Jong Il. Incluso China y Rusia, aliados ocasionales del régimen, han condenado las provocaciones de un dictador endiosado que desafía a los organismos internacionales y que ayer mismo volvió a ordenar el lanzamiento de dos nuevos misiles de corto alcance. Al cierre de esta edición, otro proyectil era lanzado desde la costa este. La arrogancia de Kim Jong Il pone a prueba la actitud «dialogante» de la Administración Obama, que ayer dejó una de las declaraciones más agresivas de su Legislatura asegurando que «Corea del Norte tiene que pagar un precio». Mientras, Japón pedía un «castigo» ejemplar y Seúl abogaba por una acción coordinada por Naciones Unidas. Lo que nadie ha explicado hasta ahora es cómo desestabilizar el «comunismo hereditario» de Kim Jong Il sin provocar una tragedia humanitaria, o una guerra mucho más mortífera que las de Irak o Afganistán. «Si se opta por el bloqueo y se cancela la ayuda humanitaria morirá mucha más gente de la que ha muerto en décadas de excesos del régimen (el 40% de la población vive de este subsidio). Los dirigentes norcoreanos, cimentados en el poder militar, saben mantenerse en situaciones realmente al límite, como quedó demostrado en la hambruna que en los 90 mató a más de un millón de personas. Sería la gente común quien sufriría las consecuencias», aseguró a LA RAZÓN Bruce Cumings, autor de «Corea del Norte: otro país», el ensayo más vendido sobre la actualidad de la dictadura norcoreana. Desde el propio Instituto Sejong, el «think tank» de Seúl, que estudia e interpreta las travesuras del «hermano rojo», descartan también la opción militar. «Sería un desastre para toda la región», explican, «ya que (Corea del Norte) mantiene millones de tropas, unos 4.000 tanques y 18.000 piezas de artillería al otro lado de la frontera. Una invasión no sería posible sin que nuestro país quedase parcialmente destruido». Una guerra en la península supondría el colapso financiero de una de las regiones más dinámicas: Corea del Sur no es ni Irak ni Afganistán, sino la décima economía del mundo, el segundo inversor de Asia y uno de los principales exportadores de tecnología del planeta. La única tecla que aún se puede tocar, la de la intervención del «amigo chino», es la que (según la prensa norteamericana) aconsejan los asesores de Obama. China es el principal, y casi el único, socio comercial de Pyongyang, a quien suministra no sólo alimentos, sino también armas y petróleo. «Pekín ya ha hecho esfuerzos para convencer a su vecino de abandonar las pruebas atómicas, pero no lo hará a cualquier precio. Si el régimen colapsase se generaría una situación impredecible en la frontera china», opina Cumings.