Pekín
Condenan a muerte a cuatro tibetanos detenidos durante la revuelta de Lhasa de 2008
El Tribunal Intermedio de Lhasa ha sentenciado a muerte a cuatro personas detenidas durante la revuelta ocurrida en Tíbet en marzo de 2008, según informó hoy la agencia oficial Xinhua. Los cuatro acusados, identificados como Losang Gyaltse, Loyar Sangpo, Gangtsu Sangpo y Tenzin Phuntsog, fueron hallados culpables de provocar incendios durante las protestas iniciadas en Lhasa el 14 de marzo del año pasado, en las que murieron 18 civiles y un policía, según cifras oficiales del Gobierno chino. Las sentencias de Gangtsu Sangpo y Tenzin Phuntsog tienen una suspensión por dos años, por lo que pueden ser conmutadas a cadena perpetua si el condenado muestra buena conducta. Según Xinhua, los cinco sentenciados fueron juzgados en tres casos distintos de "inicio de fuegos letales", que en total causaron la muerte de siete personas en Lhasa. "Sus delitos incurrieron en graves pérdidas en vidas humanas y bienes materiales y socavaron el orden social, la seguridad y la estabilidad", aseguró al respecto un portavoz sin identificar del tribunal. "Los dos condenados a pena de muerte tienen que ser ejecutados para aliviar el dolor de la gente". El mismo tribunal ha condenado a otro detenido, Dawa Sangpo, a cadena perpetua por los mismos motivos. "Su crimen merece la pena de muerte, pero los jueces tomaron en consideración que había condenado la violencia y mostrado una actitud positiva admitiendo los hechos tras ser arrestado", aseveró el portavoz. Por otro lado, otra denuncia por provocar un incendio, con un balance de cinco muertos y una tienda arrasada, está siendo procesada en los tribunales de Lhasa, aunque de momento no se ha emitido veredicto. Pekín informó que tras la revuelta la policía china detuvo a 1.317 personas, de las que 1.115 quedaron después en libertad y el resto fueron presentadas ante la Justicia. Hasta la fecha, más de medio centenar de personas habían sido condenadas en Tíbet a penas que oscilan entre los tres años y la cadena perpetua por su implicación en los disturbios de Lhasa. El reciente primer aniversario de esta fecha hizo que Pekín desplegara una enorme cantidad de fuerzas de seguridad en la zona para evitar incidentes y tomara la decisión de cerrar el acceso a la región tibetana a los turistas extranjeros. En marzo coincidía además del 50 aniversario de la fallida revuelta tibetana de 1959 contra el régimen comunista.
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