Alimentación

Descubren las proteínas que causan la alergia a la sandía

Un equipo de investigadores de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid han identificado las tres proteínas que causan alergia a la sandía y que podría afectar a unos 180.000 españoles. Los responsables de la investigación son los doctores Fernando Vivanco y Javier Cuesta, del servicio de Alergología e Inmunología de dicho hospital. Según este estudio, aunque la sandía contiene más de un 90 por ciento de agua, algunas de las proteínas presentes en la pulpa originan en ciertas personas respuestas alérgicas leves, generalmente picor alrededor de la boca que desaparecen en quince o veinte minutos. El principal descubrimiento de sus investigaciones sobre la alergia a esta fruta es que las proteínas que la causan son la malato deshidrogenasa (que aparece por primera vez como alergeno en frutas), la triosa fosfato isomerasa (presente en el látex, el trigo y el lichi) y la profilina (que se da en muchas frutas y pólenes).

Vivano y Cuesta han explicado que la identificación de estos alergenos permitirá una serie de avances como obtener extractos útilies para el diagnóstico, prevenir el consumo de alimentos con proteínas similares que pudieras causar una reacción o avanzar en estudios que lleven, por ejemplo, al desarrollo de frutas hipoalergénicas.

Además, las proteínas identificadas como alergenos se registran en un banco de datos internacional para que no puedan incorporarse a la elaboración de elementos transgénicos, previniendo el riesgo de que un alergico las consuma sin saber lo que hace. Vivanco ha apuntado que todos los pacientes que han tratado por esta alergia eran también al polen, y ha explicado que, aproximadamente un 20 por ciento de los alérgicos al polen desarrollan reacciones a alimentos vegetales, de los que en torno a una diez por ciento las sufrirían por comer sandía.

Los responsables de este estudio han explicado que las alergias a alimentos son la quinta causa más frecuente de las consultas en los servicios de alergología y para las que el único tratamiento es evitar el consumo del alimento en cuestión.