Atlético de Madrid
Diego López no para al Atlético
MADRID- El Atlético lo hizo casi todo bien en la primera parte, la mejor desde que Abel llegó al banquillo, y se fue al descanso angustiado por el gol de Matías Fernández, el penalti fallado por Diego Forlán -había convertido los tres otros lanzados esta temporada- y las paradas de Diego López, héroe del Villarreal con una actuación espléndida en esos cuarenta y cinco minutos. Y se fue a la ducha,una vez que concluyó el encuentro, con un triunfo justo, bien trabajado, después de ir perdiendo por dos cero como sucedió contra el Barcelona. Fue el mejor Atlético de la temporada, con poder de reacción, con innumerables ocasiones, desperdiciadas por Forlán y con los conceptos muy claros por parte de Abel. El Atlético de ayer no se pareció al del miércoles. Dominó, jugó con criterio y entró tan rápido en el partido que a los tres minutos ya estaba Forlán en los once metros dispuesto a fusilar a Diego López, portero de librea, figura del encuentro y hombre clave para que el Villarreal no se llevara un saco de goles. El penalti de Eguren fue tan claro como el error del uruguayo. Comenzaba el festival de Diego López y la desesperación de Forlán ante el gol. El Atlético lo hacia todo tan bien que en un contragolpe, a la salida de un córner a su favor, dejó espacios suficientes para que Cazorla, Javi Venta y Matías Fernández bordasen un gol. Contratiempo inesperado y vuelta a empezar. Se creaban ocasiones, Agüero se movía entre líneas, Simão llegaba a la línea de fondo, Heintinga por la derecha era un hallazgo, pero el Atlético no podía con Diego López. Forlán, Maxi, Simão y Agüero estaban abducidos por el gallego y los balones que no detenía iban fuera. Entre la esperanza y la impotencia finalizó la primera parte. El Villarreal sin hacer nada, endeble en defensa y flojo en el centro del campo, se marchaba con un botín inmerecido. Y con el gol de Cani, a pase de Cazorla, Pellegrini tocó el cielo. Mazazo para el Atlético. Pero en la jugada siguiente marcó Agüero y comenzó otro partido. Contra reloj para los rojiblancos, especialmente para Forlán, hasta que Javi Venta se autoexpulsó en dos jugadas con Simão. Se fue Rossi y entró el canterano Gaspar. Pellegrini quería taparse con la manta y Abel, en cambio, apostó por Banega. Más juego, más toque, más precisión para romper el muro amarillo en el que Fuentes era el bombero mayor cuando Diego López no intervenía. Y como al Atlético le van esos retos -cuando está muerto resucita y viceversa- siguió atacando, convencido de que habría oportunidades. Se multiplicaba Agüero, al que Eguren le hizo un penalti, ayudaba Banega y entraba Sinama para intentar con todos los efectivos darle la vuelta al marcador. No era un partido de ida y vuelta, era sólo de ida porque la propuesta del Villarreal, con uno menos, era aguantar la pelota y defenderse. A diez minutos del final Forlán vio la luz y empató. Se lo merecía por su esfuerzo. Y tres minutos más tarde la cabeza de Antonio López hizo el resto. Remontaba el Atlético con el tanto del canterano, tras córner lanzado por Simão, y el Calderón estalló. Se había sufrido muchísmo para imponerse a un rival directo en la lucha por la Champions. Diego López no paró la remontada.
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