Dior: larga vida a la alta costura

En esta edición, la realidad de los desfiles de alta costura está muy lejos de las ricas telas, los retorcidos patrones y, en definitiva, del lujo desmedido, ya que todos los ojos están puestos en Christian Lacroix. El diseñador presentará hoy mismo a las dos y media de la tarde la que podría ser su última colección, dado que la firma que lleva su nombre se encuentra en suspensión de pagos y deberá cerrar a finales de este mes si no encuentra comprador, lo que provocaría el despido de 112 empleados y el fin de uno de los nombres fundamentales para entender la moda de las últimas décadas. Así, la crisis se convierte de nuevo en la protagonista absoluta, incapaz de desaparecer siquiera en la pasarela más lujosa del planeta. Sin estridenciasPero, mientras llega Lacroix, ayer fue John Galliano quien abrió las puertas de la cita parisiense con su colección para Christian Dior. Y, de nuevo, el gibraltareño volvió a rendir homenaje al «new look» creado por su maestro en 1947 en un desfile sobrio y alejado de las estridencias de antaño. Jaime de Marichalar, consejero del grupo LVMH, ya comentó el pasado marzo, durante la cita con el prêt-à- porter de París, que Galliano había decidido enmendarse después de varias reuniones con el poderoso Bernard Arnault: menos locuras, menos barroquismo y una mayor apuesta por los patrones clave de la «maison» para seguir vendiendo, que al final es de lo que se trata. Sin embargo, el modisto nunca podrá huir de sus pulsiones, de ahí que ayer las modelos pasearan por los laberintos de la tienda Dior con americanas de cintura de avispa combinadas con toda suerte de complementos de lencería: «culottes», ligueros y medias las convertían en una irresistible mezcla de elegantes mujeres de la década de los 50 y provocativas «pin ups». Pero hay más: la recesión también se notó en la sobriedad de las telas elegidas por Galliano, donde las gasas de tul se convirtieron en el recurso más efectista para sus vestidos de noche. Por otra parte, los complementos volvieron a dar empaque a las propuestas gracias a la colaboración del sombrerero Stephen Jones. Entre los colores, Galliano apostó por dar golpes de color en rojo, fucsia y amarillo.