Ejército de Tierra

Discurso íntegro del Rey

La Razón
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Queridos compañeros:

Más allá del valor de una tradición bicentenaria, este Acto reviste una especial relevancia para el Estado.

Nos permite, por un lado, ensalzar los mejores valores y virtudes de la Institución Militar en el desarrollo de sus funciones y, por otro, expresar nuestro reconocimiento a su ejemplar entrega a las exigencias de seguridad y defensa de España.

De ahí, mi profunda alegría al poderme reunir con tan destacada representación de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil para celebrar la Pascua Militar de 2009, en compañía de la Reina y de los Príncipes de Asturias.

En vuestras personas felicito de corazón a todos y cada uno de los militares que con gran profesionalidad, dedicación y sacrificio protegen nuestra libertad y salvaguardan la paz más allá de nuestras fronteras.

Nobles tareas que nos atañen a todos de forma colectiva y por las que os reitero mi mayor reconocimiento y gratitud.

En este marco, quiero dedicar un muy sentido homenaje a los compañeros que el pasado año perdieron su vida en cumplimiento del deber, tanto en España como en misiones internacionales, con una mención especial a quienes fueron víctimas de la execrable barbarie terrorista, una lacra que debemos combatir con unidad, firmeza y determinación.

Todos ellos permanecerán en nuestros corazones como ejemplo imborrable de vocación, entrega y generosidad al servicio de España. También ocupan en nuestros corazones un lugar muy especial sus familiares y allegados a quienes reitero todo nuestro afecto, apoyo y solidaridad.

Mucho agradezco a la Señora Ministra de Defensa sus muy amables palabras y afectuosa felicitación, en nombre propio y de la Institución Militar, así como su detallada exposición sobre la política de defensa y la actual situación de nuestras Fuerzas Armadas.

El comienzo de cada año es, sin duda, un momento especialmente apropiado para hacer balance, reafirmar compromisos e impulsar nuevas ilusiones.

La reciente celebración del Treinta Aniversario de nuestra Constitución pone de relieve la profunda modernización vivida por nuestras Fuerzas Armadas durante estas décadas, así como el firme compromiso de lealtad y respeto a sus reglas, valores y principios que anima a la Institución Militar en el cumplimiento de las misiones encomendadas.

Unas misiones cada vez más complejas en un mundo interdependiente y globalizado, en el que junto a las amenazas tradicionales, surgen nuevos riesgos que ponen en peligro la paz, la seguridad y la estabilidad.

A ello se añade, su ejemplar contribución al ejercicio solidario de salvar, defender y amparar a quienes sufren situaciones de emergencia.

Una paz y seguridad amenazadas por guerras y conflictos en múltiples escenarios internacionales que nos conmocionan y que todos tenemos muy presentes.

Entre ellos, quiero referirme a la honda preocupación que suscita en nosotros la grave crisis que desde hace días vive Oriente Medio y que reclama el despliegue de todos los esfuerzos diplomáticos necesarios para lograr, como ha solicitado nuestro Gobierno, un alto el fuego inmediato que permita poner fin a la dramática situación de violencia y sufrimiento en la zona.

Una tarea a la que España se muestra decidida a contribuir activamente conforme a sus tradicionales vínculos de amistad y firme compromiso con la paz en la región.

Desde hace años, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil se sitúan en las grandes encuestas a la cabeza de las instituciones más valoradas por todos los españoles.

Un motivo de orgullo para toda la Familia Militar, no sólo por lo que supone de reconocimiento a vuestra labor, sino también por lo que representa de sintonía entre vuestra noble tarea y las expectativas que los españoles tienen depositadas en vosotros.

A tan alta valoración ha contribuido, no sólo el desarrollo de vuestra labor en territorio nacional, sino también vuestra probada eficacia y alto prestigio acumulados en numerosas Misiones Internacionales.

Precisamente en estas fechas, y como ya se ha señalado, se cumplen Veinte Años de la primera participación española en una Misión de las Naciones Unidas.

Desde entonces, nuestros militares han tomado parte en más de cincuenta operaciones en el exterior, y se han desplegado en una treintena de países por todo el mundo para llevar la paz y el auxilio de nuestra Nación.

Nuestras Fuerzas Armadas cumplen hoy con profesionalidad y entrega diversas Misiones en los Balcanes, en Afganistán, en el Líbano, en Chad y en el llamado Cuerno de África.

A los integrantes de dichos contingentes y a los observadores desplegados en otros lugares, dirijo en este día un saludo muy afectuoso, agradeciéndoles de corazón su valor, dedicación y sacrificio.

Por otro lado, también se acaban de cumplir veinte años de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas y a la Guardia Civil. Una realidad firme, valorada y reconocida por todos, que pone de manifiesto la profunda y valiosa integración de la mujer en todos los ámbitos de nuestra sociedad a lo largo de las últimas décadas.

Estos veinte años de participación en Misiones internacionales y de plena integración de la mujer en la Familia Militar, han favorecido el desarrollo de una cultura de seguridad y defensa en la sociedad española. Una cultura reflejo del compromiso de nuestros ciudadanos con la seguridad y defensa de nuestra gran Nación, contando con unas Fuerzas Armadas modernas y eficaces.

Hace unos días tuve el honor de presidir una reunión del Consejo de Defensa Nacional.

Debemos seguir impulsando el papel solidario de España en la comunidad internacional, y colaborando activamente en la conservación de un orden internacional estable, basado en la convivencia pacífica, en los derechos humanos y en el Derecho internacional.

Sigo con particular interés el complejo proceso de transformación en el que se encuentran inmersas nuestras Fuerzas Armadas, orientado hacia la generación de nuevas capacidades militares y a la organización de unidades mejor preparadas para la acción conjunta.

Los programas en curso en los Ejércitos, la Armada y la Guardia Civil, mejorarán nuestras capacidades en colaboración con el sector industrial de la Defensa, fomentando la innovación para dar respuesta a futuros retos y desafíos.

Por otro lado, el proceso de desarrollo de la nueva legislación en nuestro modelo de Fuerzas Armadas, permitirá, con el esfuerzo y la generosidad de quienes las componen, que dispongamos de profesionales cada vez más cualificados.

Profesionales en permanente proceso de formación y superación, que continúen asegurando el cumplimiento de las misiones y actuando fieles a los principios de eficacia y permanente disponibilidad.

Finalmente, las nuevas Reales Ordenanzas desarrollarán las reglas esenciales de comportamiento del militar, a la vez que reforzarán los valores tradicionales de nuestros Ejércitos.

A lo largo de este año, tanto el Príncipe de Asturias como yo mismo, hemos podido asistir a diversos ejercicios tácticos y visitado diferentes unidades.

En ellas hemos constatado una vez más vuestra probada lealtad, generosa entrega personal y permanente afán de superación, así como la eficaz labor de preparación que a diario desarrolláis.

Os animo a que sigamos dedicando lo mejor de nuestros esfuerzos, guiados por el amor a la Patria y el servicio a nuestros ciudadanos, en el afán de construir una España siempre mejor.

Para concluir reitero, en nombre propio y en el de toda mi familia, los mejores deseos de paz, felicidad y ventura personal en el nuevo año 2009 para todos los componentes de la Institución Militar, unos deseos que hacemos extensivos a vuestros familiares, que con tanta comprensión y apoyo os respaldan en vuestra labor.