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El 11-M en viñetas

El 11-M, en viñetas
El 11-M, en viñetaslarazon

En Japón es muy frecuente que lo que aquí son libros de texto, allí aparezcan dibujados en historieta al más puro estilo manga. Así, se pueden encontrar tebeos que explican a la Policía Metropolitana de Tokio cómo enfrentarse a diferentes situaciones, o incluso hay tratados que explican en viñetas una balanza de pagos.En Estados Unidos, desde la aparición del cómic sobre el 11-S, han ido editándose otros cómics relacionados con la actualidad. Ahora, esta tendencia también llega a España, con la publicación de un tomo editado por Panini sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid. Así, «11-M: la novela gráfica» se adentra en la realidad de unos hechos que conmovieron a nuestra nación. Los guionistas, Toni Guiral y Pepe Gálvez, se acogen a la sentencia, y más concretamente a su apartado de «Hechos probados», para relatar de una forma cronológica todo cuanto aconteció en aquel fatídico día, los anteriores y los siguientes.El ordenamiento de los hechos fue un primer paso para construir la narración. A esto le siguió un arduo trabajo de entrevistas con personas que participaron en momentos del drama, y que transmitieron sensaciones que los guionistas han sabido trasladar al cómic a la perfección, aunque, como dice Guiral: «Algunos días era muy duro entrar en la historia».Reportaje periodísticoAdemás, los guionistas decidieron introducir personajes de ficción tremendamente verosímiles, como un policía, un periodista y el familiar de una de las víctimas, con el fin de que la historia fuera más fluida y asequible para los lectores. Para preparar este trabajo, sus creadores emplearon casi un año, algo poco habitual en el mundo de la historieta, ya que el guión suele elaborarse en bastante menos tiempo que los dibujos. En esta ocasión, las ilustraciones se realizaron en tan sólo seis meses. El libro, de 104 páginas, viene acompañado de un prólogo de Pilar Manjón.El término de «novela gráfica» encaja difícilmente para una obra como ésta. Bien es cierto que su extensión hace que se salga de las categorías de cómic-book y de álbum. Pero también que su concepto debe mucho más al del reportaje periodístico que al de la novela de ficción. Así, admitamos el término, pero siendo conscientes de que en su interior no hay ninguna aventura, sino datos y hechos, pero a los que se ha conseguido transmitir los sentimientos que no se ven reflejados en los textos legales.