Valencia
El boliviano que perdió un brazo culpa a sus jefes
VALENCIA- El trabajador boliviano Franns Rilles Melgar, que perdió un brazo en un accidente laboral en una panificadora de Real de Gandia, se ratificó ayer ante el juez que instruye el caso en sus acusaciones contra los dueños de la empresa.Rilles Melgar acudió a las 10:30 horas a los juzgados de Gandia acompañado de su abogada, María José Veiga, de CC OO, y del cónsul de Bolivia en Valencia, Mario Touchard, y declaró ante el titular del juzgado de instrucción número 6 durante algo más de dos horas.A la salida del juzgado, en declaraciones a la prensa, el trabajador reiteró que uno de los dueños de la panificadora le trasladó al hospital y le dejó «fuera» del centro, y aseguró que recuerda todo lo que sucedió y «no perdió el conocimiento» en los dos primeros días después del accidente.El trabajador sostiene que, cuando era trasladado al hospital, el empresario le dijo que «no comentara que había sido un accidente laboral», y que «si preguntaban algo dijera que había sido un accidente».Del mismo modo, Rilles mantiene que los empresarios no se pusieron en contacto con él durante el tiempo que estuvo ingresado en el hospital Virgen del Consuelo de Valencia. Respecto a las circunstancias en las que se produjo el accidente, la víctima manifestó que la máquina «tenía muchos fallos», y negó que los empleados manipularan por su cuenta las maquinas: «Siempre se hacía por indicación de los empresarios». Rilles aseguró que otras tres personas, también de origen boliviano trabajaban en la panificadora de forma ilegal. ««Espero que me den una indemnización, no sé qué podré hacer con un brazo», concluyó.
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