Patrimonio

EL DESPACHO OVAL DE GÓMEZ

La Razón
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La historia de la política mundial está jalonada de grandes despachos, donde se toman decisiones que afectan a millones de personas. El más conocido es el despacho oval de la Casa Blanca, histórico antes de los escarceos de Clinton. Y el título de «el más cañí» podríamos concedérselo a La Bodeguilla de Felipe González en la Moncloa. Pues bien: el despacho de Tomás Gómez en la sede de Callao está a medio camino. Tiene los aires de grandeza de la Casa Blanca por el lujo asiático y tiene el toque chusco de La Bodeguilla por cometer ese error tan madrileño de hacer obras sin licencia. Gómez no es ni Obama ni Zapatero pero con la guerra que está dando más le valdría haberse pertrechado de todas las licencias. En lo único en lo que podemos estar de acuerdo con Gómez es en las fantásticas vistas que va a tener a la plaza de Callao, a la Gran Vía e incluso hasta la Puerta del Sol. Esa será la clave: tener a tiro de piedra el despacho de la Real Casa de Correos. Lo que sucede es que cuando uno no hace bien las cosas igual le queda más cerca el antiguo despacho del Ayuntamiento de Parla que el de la sede de la presidencia de la Comunidad. De momento los dos escritorios, el de Parla y el de Sol, están ocupados. El único que está vacío es el de Callao.