Barcelona
El PSC gana pero el tripartito está en retroceso
Los socialistas se dan por satisfechos con la victoria, a pesar de perder siete puntos respecto a la última cita.
Existía el temor en estas elecciones europeas de que los catalanes dieran la espalda a las urnas. Era un temor fundado. La abstención llegó ayer al 62,48 por ciento en Cataluña, un porcentaje más alto incluso que en 2004, cuando ya alcanzó el 60,2 por ciento. De muy poco sirvieron las llamadas al voto de los eurocandidatos ni el intento del PSC por subir de temperatura la campaña. Cataluña volvió a estar a la cabeza del abstencionismo en España, registrando ocho puntos menos de participación que la media nacional. Tras conocer los datos, los partidos se propusieron realizar una reflexión autocrítica, pero en realidad su lectura se centró en unos resultados que confirmaron una nueva victoria del PSC que, en cualquier caso, no puede ocultar un descenso generalizado de las fuerzas de izquierda, del tripartito.
El PSC fue la formación más votada con el 35,9 por ciento de los sufragios, pero perdió casi 7 puntos respecto a la últimas europeas de 2004. El primer secretario del PSC, José Montilla, obvió el descenso –ya no es la primera fuerza en Girona y Lleida– y exhibió la victoria de su partido frente a PP y CiU. «Cataluña ha dicho no a la derecha españolista y anticatalana más dura que se había presentado jamás a unas elecciones», dedicó a los populares. «Quienes pretendían presentar estas elecciones como un preámbulo de las autonómicas han fracasado en su intento», dijo a CiU.
Más elocuente fue el análisis del presidente de ERC, Joan Puigcercós, quien admitió que los partidos de la oposición habían capitalizado de mejor modo los efectos de la crisis. Los republicanos lograron el objetivo de mantener representación en el Europarlamento gracias a la elección de Oriol Junqueras, pero empeoraron sus resultados tras retroceder en casi tres puntos. ICV también experimentó un resultado a la baja –un punto menos– aunque su cabeza de cartel, Raül Romeva, logró salvar los muebles.
El desgaste de las izquierdas catalanas sirvió a las formaciones de la oposición para lanzar un mensaje inequívoco: el tripartito está agotando su ciclo hegemónico. PP y CiU compartieron una jornada de satisfacción porque fueron los únicos partidos que mejoraron sus resultados.
La alegría del PP
Los populares obtuvieron el 18,01 por ciento de los votos en Cataluña, un porcentaje levemente superior al de 2004, cuando consiguieron el 17,8 por ciento. Sus 351.663 votos en las provincias catalanas no sólo contribuyeron a la victoria general del PP, sino que también facilitaron la elección de Aleix Vidal-Quadras y Santiago Fisas, el diputado 23 de la lista.
Eufórica, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho proclamó que la etapa del tripartito «ha acabado». Su mayor satisfaccción fue, no obstante, impedir un diferencial muy abultado respecto a los socialistas. «Los catalanes son ahora la esperanza para la victoria del Partido Popular en España», afirmó. También en Cataluña, donde cree que el PP será «determinante».
Corrió el cava en la sede electoral del PP por la victoria y por la elección de sus dos eurocandidatos y también en CiU, que encontró muchos motivos para sacar pecho. En primer lugar porque los nacionalistas recuperaron la segunda posición en las elecciones europeas, cinco años después de haberla perdido ante el PP.
Pero esta circunstancia no fue tan resaltada por los nacionalistas como el hecho de ser la formación con un mayor incremento. Convergència i Unió –que concurrió junto a otras fuerzas nacionalistas y regionalistas del conjunto español– consiguió el 22,45 por ciento de los votos (4,61 puntos más que en 2004), un porcentaje que permitió la elección de Ramon Tremosa, pero no la del democristiano Salvador Sedó, que se quedó fuera de la Cámara europea después de ir como número 3. No obstante, el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, confía en que la entrada en vigor del tratado de Lisboa posibilete el ingreso de Sedó en el europarlamento puesto que habrá un aumento de diputados.
El presidente de CiU, Artur Mas, compareció ante su militancia con una amplia sonrisa. «CiU va al alza, los socialistas van claramente a la baja. ERC e ICV también van a la baja. El tripartito va a la baja», se felicitó.
«Las semillas del cambio»
En las jornadas previas a la cita electoral, Mas había insistido en que estas elecciones debían ser la antesala del «cambio» en Cataluña y, a su parecer, se ha cumplido esta expectativa. Tras insistir en el incremento experimentado por su formación, el líder nacionalista y próximo candidato de CiU a la Generalitat aseguró que «se han sembrado las primeras semillas para el cambio en Cataluña el año que viene».
Mas analizó la serie de votos en Cataluña para intentar poner de manifiesto que «la tendencia del cambio está en marcha». Dicho de otra manera, tras las elecciones de ayer, CiU ve más al alcance de su mano que nunca la Generalitat, verdadera razón de ser de los nacionalistas. Pero los socialistas catalanes no dejaron de recordar a sus adversarios que «en un momento de máximo dificultad» como este marcado por la crisis «el PSC continúa siendo el partido más votado».
Habrá que ver qué análisis realiza el PSOE de lo ocurrido en Cataluña porque en esta ocasión el electorado catalán no ha permitido una victoria a nivel español del socialismo, tal y como sucedió en las pasadas generales. En el inmediato horizonte vuelve a aparecer el tema de la financiación, un asunto que, sin duda, marcará el éxito o el fracaso de una Legislatura nada sencilla para los socialistas y para sus socios en el tripartito.
La abstención: 62,46% del electorado catalán no acudió a las urnas
+8,47% de ABSTENCIÓN en Cataluña que la media española
LOS SIETE DIPUTADOS CATALANES:
- Maria Badia (PSC)
- Raimon Obiols (PSC)
- Ramon Tremosa (CiU)
- Aleix Vidal-Quadras (PP)
- Santiago Fisas (PP)
- Oriol Junqueras (ERC)
- Raül Romeva (ICV)
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