El vídeo salvó a la estrella del pop

MADRID -El videoclip más famoso de la historia estuvo a punto de no rodarse jamás. Cuando Michael Jackson propuso la idea a la CBS, sus ejecutivos se negaron. Al fin y al cabo, «Thriller» ya se había convertido en el disco más vendido de la historia. ¿Para qué gastarse una millonada en masajear el ego de su joven estrella? Pero Jackson estaba empeñado en completar su proyecto. Por eso, se puso a tantear inversores junto al director John Landis hasta que consiguió el dinero necesario para cumplir su sueño de interpretar a un zombi. Fue el medio millón de dólares mejor invertido de la historia del pop.Amenaza de boicotDesde el momento del estreno, la «thrillermanía» invadió el mundo. Durante semanas, la MTV emitió el vídeo dos veces a la hora pese a que duraba 14 minutos. Y eso que, meses antes, la misma cadena se había resistido a emitir los vídeos de Jackson. Hizo falta que la CBS amenazara con un boicot para que el canal dejara de poner pegas a la emisión de canciones de artistas negros.Pero el éxito de «Thriller» lo cambió todo. El disco volvió a lo más alto de las listas y ahí se quedó hasta que vendió cien millones de copias. A partir de entonces, el videoclip se convirtió en el ingrediente central de la promoción de cualquier álbum. Se dispararon los presupuestos, se experimentó con nuevas tramas, se contrató a los mejores directores... Pero nadie logró replicar el impacto del original, votado el mejor vídeo de la historia en infinidad de ocasiones.La idea surgió del propio Jackson tras ver «Un hombre lobo americano en Londres», de Landis. De inmediato, el cantante llamó al cineasta y le propuso que le transformara en un monstruo para promocionar su siguiente sencillo. Ambos se pusieron a escribir el guión y el resultado no fue un videoclip, sino un ambicioso cortometraje repleto de zombis que satirizaba las películas de terror de serie B. De hecho, tanto el vídeo como la canción incluyen una parrafada de Vincent Price, el veterano actor del género.Jackson remezcló la canción para que encajase con la alambicada trama del vídeo. Al principio, ni siquiera hay música: el arranque es una escena hablada entre el cantante y su novia, interpretada por Ola Ray. Más tarde, cuando ambos caminan por la calle, suenan los primeros compases de la canción y comienza el espectáculo. Y, tras varias estrofas, llega la escena más famosa del clip. Jackson se convierte en un zombi y ejecuta una elaboradísima coreografía al estilo Broadway con el resto de muertos vivientes. Este baile ha suscitado infinidad de hilarantes parodias que circulan por internet, como una en una cárcel filipina que acumula millones de visitas en YouTube. Además, grupos como Gorillaz o Gnarls Barkley han grabado piezas inspiradas en «Thriller». Antes de rodar este vídeo, Jackson era sólo una estrella; después, se convirtió en el indiscutido «rey del pop». Fue la cumbre de un artista en su momento de plenitud creativa.